Todo eran “grotescas invenciones”. Así lo ha concluido el tribunal de Londres encargado de juzgar a Jemma Beale, quien ha sido finalmente condenada por realizar, repetidamente, denuncias falsas en las que decía haber sido agredida sexualmente y violada por 15 hombres diferentes.
Concretamente, desde 2010 hasta 2013, Beale había denunciado haber sufrido agresiones sexuales por parte de seis hombres y haber sido violada por otros nueve, todos ellos desconocidos, y en cuatro encuentros diferentes, tal y como apunta el fiscal.
Sin embargo, una larga investigación ha determinado, –gracias a los registros médicos, los testimonios de los testigos y las cámaras de seguridad–, que todo era mentira.
En 2012, en una de las denuncias falsas que interpuso, Beale dijo que había sido atacada por cuatro hombres en un callejón con un alambre de espinos. Pero la realidad era muy distinta… Diversas imágenes mostradas en el juicio mostraban como la joven británica de 25 años regresaba a casa sola, y, según apunto la acusación, las heridas que presentaba se debían a que se había autolesionado.
Más allá, como apunta Fox News, recogiendo las declaraciones del fiscal, “después de que Beale presentase otra denuncia en 2013, la policía revisó todas las que hizo previamente y descubrió un patrón claro de falsificación intencionada”.
No obstante, hasta que llegaron a este punto, como consecuencia de las acusaciones uno de los hombres a los que había implicado llegó a ingresar en prisión y otro se había marchado del país.
“Jemma Beale era una decidida mentirosa que repetidamente hizo todo lo posible para fabricar evidencias en un intento de ver a hombres inocentes condenados, incluso mintiendo bajo juramento deliberadamente”, explicaron en el juicio, donde se la ha condenado por pervertir y obstruir el cauce de la justicia.
A la espera de la sentencia que podría enviarla a prisión, prevista para el 24 de agosto, el fiscal recalcó la gravedad de mentir en asuntos tan sumamente serios, no solo por el hecho de engañar a la Justicia, sino especialmente, por el perjuicio a aquellas personas que son realmente víctimas:
“Las denuncias falsas sobre agresiones sexuales y violencia son poco frecuentes, pero cuando se producen son graves porque minan la credibilidad de las auténticas víctimas y los esfuerzos de todos por llevar a los culpables ante la Justicia”, sentenció.