El llanto controlado de un bebé favorece la calidad del sueño, según una experta
Emily Oster, madre de dos hijos y profesora de Economía ha asegurado que "dejar llorar a los niños por la noche" permite a los bebés "dormir mejor"
Los expertos recuerdan que dejar llorar no significa "ignorar al menor" y que debe realizarse de manera responsable
Dejar llorar a un bebé no parece ser la mejor forma de calmar su necesidad, sin embargo, una experta ha indicado que el llanto controlado que efectúa un niño por la noche puede desembocar en una mejor conciliación del sueño. Una práctica en la que algunos padres se apresurarán a coger en brazos a su hijo para tranquilizarlo, y otros optarán por permitir al menor que se desahogue a través de un llanto supervisado por los mismos. Además, otros estudios indican que prácticas como "poner música" a los bebés prematuros garantiza un mejor desarrollo cerebral derivado de su pronto nacimiento.
Emily Oster, madre de dos hijos y profesora de Economía ha asegurado que "dejar llorar a los niños por la noche" permite a los bebés "dormir mejor" sin provocar en él ningún daño emocional a largo plazo. Lo ha confirmado a través de la publicación del libro llamado Cribsheet, en el que analiza los beneficios de dejar que los neonatos lloren, basándose en "miles de artículos de literatura académica".
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Asimismo la docente, especializada en Economía que ha trasladado a la obra su propia experiencia, ha indicado que dejar llorar al bebé "no significa que vaya a ser la elección correcta para todos, pero para aquellos que sí quieren hacer eso, hay una imagen tranquilizadora de los datos", ha dicho Oster.
Un llanto controlado no significa ignorar al niño
En cualquier caso, los especialistas indican que el llanto en un menor no debe ser una conducta habitual en los padres y que no significa "ignorar" al mismo sino "establecer un corto período de tiempo (entre dos y diez minutos) antes de ir a consolarlos. En definitiva, la práctica indica atender al niño pero sin apresurarse inmediatamente sino seguir el proceso con naturalidad.
Monique Robinson, investigadora principal del Instituto Telethon para la Investigación de Salud Infantil en la Universidad de Australia Occidental investigó diversos casos de madres con bebés de entre seis y 12 meses, "no encontró diferencias en los problemas emocionales o de comportamiento, problemas de sueño, apego, estilos de crianza o salud mental materna entre los grupos de intervención y control". Del mismo modo, el grupo de analistas observó una reducción significativa en los síntomas depresivos maternos en comparación con los controles".