David Vargas, un antiguo sacerdote de Barcelona apartado de la Iglesia y detenido por varias estafas, va a ser juzgado por un crimen especialmente macabro: casar a una mujer con un hombre muerto para que esta y su hija, pudieran cobrar su herencia. Fingieron la boda meses después de la defunción.
La Fiscalía pide para David Vargas ocho años de prisión por el crimen. El exsacerdorte, por su parte, dice que no hubo fraude: que casó a la madre de esta mujer también procesada con el anciano cuatro meses antes de que falleciera. "Fue una ceremonia discreta", se defiende .
Supuestamente, la boda ocurrió en una iglesia de Sant Vicent del Castell, en Barcelona, pero el informe policial asegura que todo fue una trama: no hubo ceremonia y falsificaron el registro matrimonial para que la mujer heredara medio millón del hombre fallecido y sin descendencia. El cura también se llevaba parte de la herencia.
David Vargas fue expulsado de la Iglesia cuando le descubrieron con tres millones y medio de euros en casa. Fue a prisión por presuntamente estafar a ancianas de su parroquia durante diez años: se quedaba con sus joyas, con sus obras de arte y con sus inmuebles mediante engaños.
Los investigadores consideran que David Vargas es todo un profesional de la estafa que ha logrado acumular una fortuna.