Sin embargo, los expertos han señalado que la madre debe estar atenta si el bebé se muestra agitado al dormir; si abre los ojos; si gira la cabeza cuando nota algo en la mejilla; si saca la lengua; si el bebé hace ruiditos; si se chupa los labios; si intenta comerse la mano; si hace como que llora, si empieza a gimotear o si llora.
Llorar es una de las últimas señales del bebé para indicar que tiene hambre, "pero si ya ha empezado a llorar es posible que la toma pueda ser más complicada", han especificado en marco del Semana Mundial de la Lactancia Materna, promovida por Alianza Mundial por la Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, durante la primera semana, la frecuencia y la duración de las tomas puede ser muy variable, pues "cada madre y cada bebé son diferentes, especialmente en las primeras 24 horas tras el parto".
Así, la subida de la leche se suele producir entre el segundo y el cuarto día, y en ese momento, el bebé suele tomar el pecho de 8 a 12 veces cada 24 horas incluidas las tomas nocturnas. "Hay bebés que incluso más. Esas primeras tomas pueden durar entre 10 o 15 minutos hasta 45 minutos o una hora, porque el bebé está desarrollando los músculos y la coordinación necesaria para succionar de forma eficiente", han especificado.
Dar el pecho en la primera hora tras el parto
Los expertos han aconsejado intentar dar el pecho al bebé durante la primera hora tras el parto, al igual que es "importante que coloquen al bebé sobre la madre lo antes posible para que pueda acceder al pecho". Por ello, vestir y pesar al bebé durante esa primera hora "pasa a ser algo secundario, al menos hasta que el bebé haya intentado tomar el pecho por primera vez".
Sin embargo, en el caso de que se hayan producido complicaciones en el parto, y la madre no puede sujetar al bebé, puede hacerlo su pareja para facilitar ese contacto piel con piel, aportando seguridad y calor al bebé, han argumentado, ya que dicho contacto provocará en ambos un aumento en los niveles de oxitocina que es fundamental para generar la primera leche de la madre -el calostro-.
Otro aspecto clave que han destacado los especialistas para facilitar la lactancia en esta primera semana es el "agarre", en el que se ve se puede ver influido en cómo toma el bebé la leche y, por consiguiente, en su crecimiento y desarrollo. Además, un agarre deficiente puede dañar los pezones y provocar dolor. La madre, aunque no advierta un problema obvio, puede pedir a un profesional sanitario que lo compruebe mientras está en el hospital, han advertido.
Con ello, han querido destacar que sí puede existir dolor en los pezones, puesto que no están acostumbrados a la succión fuerte y frecuente que realiza el bebé para alimentarse. Pero si el dolor persiste o es más intenso es muy probable que el agarre del bebé no sea el correcto, por lo que desde Medela recomiendan que la madre acuda a un especialista o a una consultora de lactancia para que la oriente y evite que el posible daño vaya a mayores.
También es posible que la madre pueda sufrir calambres similares a los menstruales, o entuertos, y que note los pechos muy hinchados, duros y sensibles por la subida de la leche, o congestión.
Por último, han concluido que al inicio de la lactancia, la madre produce pequeñas cantidades de leche -calostro- pero con un "aporte fundamental de nutrientes". Si la madre da el pecho a demanda, producirá toda la leche que necesite el bebé. Por lo que si el bebé cumple sus objetivos de crecimiento significa que está recibiendo suficiente leche.