Tras una madrugada de negociaciones, sigue sin haber acuerdo. La XXV Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (COP25) ha conseguido batir el récord de duración. Es la que más se ha prolongado en los 25 años de historia de esta citas. Pese a que, como es habitual, su cierre estaba previsto el viernes 13 de diciembre las maratonianas reuniones continúan desde entonces para tratar de lograr un acuerdo que por el momento sigue sin llegar.
Las negociaciones se han alargado más de lo esperado, alcanzando la madrugada del sábado y de este domingo. Ahora parece que se habría logrado llegar a un preacuerdo. Está previsto que se de a conocer el documento final públicamente durante esta mañana, lo cual podría clausurar definitivamente la Cumbre del Clima en Madrid.
La ministra chilena Carolina Schmidt celebró un plenario informal al filo de la medianoche del sábado asegurando que quiere llegar a un acuerdo "consensuado" y "realmente ambicioso", y reclamó la ayuda de la ministra en funciones de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para desatascar todos los asuntos que siguen empantanados, a excepción del Artículo 6 del Acuerdo de París (mercados globales de carbono), que aseguró llevaría personalmente.
Tras el plenario informal, la Presidencia ha hecho públicas nuevas propuestas de texto que urgen a las partes, en relación a la ambición climática, a considerar la brecha actual entre los esfuerzos y objetivos climáticos del 1.5/muy por debajo de los 2 grados cuando comuniquen o actualicen sus compromisos en 2020 al tiempo que requiere informes sobre nuevas promesas antes de las COP26 de Galsgow. También recoge de alguna manera las demandas de China, India, Brasil y Sudáfrica, que reclamaban que los países ricos hagan una evaluación del nivel de cumplimiento de los compromisos adquiridos en el periodo anterior al Acuerdo de París, al establecer la celebración de sesiones en 2020 y 2021 y requerir informes al respecto.
Por su parte, los grupos ecologistas participantes en la COP25 reclaman que había objetivos muy ambiciosos en la celebración de la cumbre, pero que nada de eso se ve reflejado sobre el papel.
Aseguran, además, que no están escuchando las voces de la sociedad que les piden que hagan algo cuanto antes para frenar la imparable emergencia climática a la que se enfrenta el planeta.