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Son muchos los agricultores que se dedican al CBD por los importantes beneficios que genera. De su cosecha se extrae cáñamo que se utiliza en múltiples usos. Aunque se pueda confundir con la plantación ilegal de marihuana, se diferentcia de ella en que no tiene sustancias psicoactivas. Como contrapartida la necesidad de realizar fuertes inversiones en seguridad para evitar los robos de los malhechores.
“Necesitas trabajar con variedades del catálogo europeo, es decir, son variedades registradas que tienen menos del 0,2 por ciento de THC y se requiere una declaración de cultivo”, explica Rubén Valenzuela, director de tecnología de Valenveras.
En los últimos años, se ha convertido en una alternativa para muchos agricultores catalanes. De hecho, se han cuadriplicado estos cultivos. “Roda esta zona en el Prepirineo, llueve y tenemos suficiente pluviometría para realizar el cultivo casi sin agua”, señala Valenzuela.
Además, tiene diversos usos y salidas, muchos ni los imaginamos: “Desde la semilla al aceite, a la harina y después toda la base industrial de tejidos, plásticos, papel…”.
Lota Fabregas, empleada tienda CBD Alchemy, indica que se trata de “un mercado muy rápido, con mucha demanda”. En la tienda para la que trabaja venden diferentes productos que provienen del cáñamo industrial: infusiones, aceites, flores... Le llaman el oro verde.
No obstante, la inseguridad es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan sus agricultores. Muchas bandas criminales confunden la flor de la marihuana, que sí tiene sustancias psicoactivas, con el cáñamo y asaltan violentamente las plantaciones.
En este sentido, Marti Caneves, director DTM Abogados, los agricultores “tienen que dedicar importantes recursos al control de la seguridad de sus cultivos”.
Mientras tanto, la Guardia Civil controla periódicamente las plantaciones de cáñamo industrial para evitar que se comentan irregularidades en estos cultivos en auge.