La tarde del lunes en la playa de La Mata de Torrevieja pudo terminar en tragedia. Sin embargo, tuvo final feliz. Las cuerdas que parcelan las playas y la solidaridad de vecinos y turistas evitó que murieran ahogado un niño, su padre y todo el que se metió en el agua para ayudarlos.
Pasaban de las siete de la tarde y los socorristas ya no estaban cuando un niño de seis años que se estaba bañando empezó a tener dificultades para defenderse en el agua. Su padre no dudó en ir a por él. Pero el agua estaba revuelta, había mucho oleaje y había bandera roja. No podían salir.
“Había mucha corriente, en una zona peligrosa de la playa”, cuenta a El Español, José Trigueros, empresario de la zona. Como el 112 no llegaba, dos hombres se tiraron al agua. Uno pudo sacar al padre y al hijo pero el otro se vio arrastrado por la fuerza del agua y optó por agarrarse a una boya cuando ya no podía pelear más.
Así, las cosas, una mujer de 37 años, se lanzó al agua para ayudar al hombre que seguía aferrado a la boya. Al final ella terminó también agarrada a otra baliza.
En ese tiempo llegaron a la playa, tres guardias civiles y dos policías. Viendo la situación pidieron ayuda a vecinos y turistas. Cogieron una a una las cuerdas que parcelan la playa para evitar contagios de coronavirus. Las fueron atando entre todos lo más rápido posible.
Agarrados a las cuerdas, los agentes, vecinos y de más bañistas hicieron una cadena humana hasta llegar al hombre y a la mujer, que agotados, seguían aferrados a las boyas. Así, entre todos, lograron sacar a las dos personas del agua.
Arriesgaron su vida. De hecho, cuentan los testigos que al Guardia Civil que estuvo en el extremo de la cuerda, en lo más profundo, también tuvieron que sacarlo del agua. Se había metido con ropa, el arma… con todo, recoge el citado diario. El agente tuvo que ser atendido también por los servicios sanitarios. Todos los rescatados fueron trasladados al hospital. También el padre y el menor de seis años.