El ejército australiano ha comenzado a colaborar en las tareas de evacuación de las personas afectadas por los incendios. Han rescatado a miles de personas atrapadas en la ciudad costera de Mallacoota, en el sur de Australia.
Según informaban las autoridades, unas cuatro mil personas habían quedado varadas en la playa tras huir de los incendios que no cesan desde los últimos meses en el país. Una huida que se realiza en embarcaciones anfibias y barcazas porque la rutina marítima es mucho más segura que la terrestre.
La Armada de Australia ha utilizado mascarillas para proteger del humo los pulmones de los niños evacuados. El ejército se une al dispositivo de evacuación de miles de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares acorralados por el fuego. Del fuego es muy complicado escapar incluso por las carreteras debido a que los incendios están provocando cortes de circulación. El director general del servicio voluntario de emergencias de Victoria, Steve Warrington, informaba que pasarán unos días hasta que los incendios sean apagados y las carreteras de Mallocoota vuelvan a estar disponibles para circular. Aseguraba que no es seguro conducir por ahora.
Steve Warrington explicaba que varias vías de circulación han sido bloqueadas por la caída de árboles que están provocando los incesantes fuegos. También lamentaba que tendrán que priorizar quién es evacuado de la isla y quién tendrá que permanecer en ella. Atrapadas esperan ayuda familias enteras.
Otros resisten en casa, retirando hojas secas y mojando los accesos para que el viento errático previsto no alcance su hogar. Abatidos esperan los vecinos que ven cada día como el fuego alcanza sus hogares y no pueden hacer nada por evitarlo. Tan decepcionados están los habitantes de esta pequeña ciudad que cuando se ha presentado el Primer Ministro Australiano le negaban el saludo. El Ministro entre abucheos, insultos y gritos salía del pueblo en el que el pasado lunes murieron en los incendios un padre y su hijo.
Los incendios han asolado el sureste de Australia desde octubre. Más de 5,36 millones de hectáreas en todo el país han sido arrasadas y más de 1.400 casas destruidas. La cifra oficial de muertos actualmente es de 14 y ciudades como Canberra, la capital, se han convertido en las más contaminadas del mundo al tener que hacer frente a los altos niveles de humo que los incendios han provocado.