La primavera 2022 está al caer y, con ella, el habitual cambio de hora para adaptarnos al horario de verano. Como todos los años en marzo, las manecillas del reloj se saltarán una hora de madrugada y nos robarán 60 minutos de sueño a finales de mes, por lo que al día siguiente el atardecer tardará una hora más en llegar. ¿Cuándo cambiamos la hora este año?
Este año, el cambio de hora será el domingo 27 de marzo a las 2 de la madrugada hora peninsular, cuando adelantaremos los relojes una hora para marcar las 3. En Canarias, la 1 de la madrugada pasará a ser las 2, según el Instituto Geográfico Nacional.
El cambio de hora será unos días después del inicio de la primavera 2022, que arrancará el 21 de marzo en el hemisferio norte con el equinoccio. Si bien los días han ido alargándose desde el pasado 21 de diciembre, cuando fue el solsticio de invierno, en las próximas semanas lo notaremos cada vez más, a medida que los días pasan a sumar unos 3 minutos de luz solar hasta llegar al día más largo del año el próximo 21 de junio, con el comienzo del verano.
A partir del solsticio de verano, los días se acortarán lentamente hasta el inicio del otoño en octubre, cuando durarán lo mismo, y posteriormente las noches pasarán a alargarse de manera muy evidente, con el consecuente enfriamiento hasta que regrese el invierno.
El cambio de hora, que llevamos acatando año tras año durante varias generaciones en las estaciones de primavera y otoño, tiene los días contados. Tanto el Parlamento Europeo como la Comisión se han pronunciado ya a favor de eliminarlos en un futuro próximo, aunque la aplicación lleva atrasándose algún tiempo.
Así pues, hasta nuevo aviso los europeos seguiremos adaptándonos a los horarios de verano e invierno el último domingo de marzo y el último de octubre, una medida que originalmente se aprobó para aprovechar mejor las horas de luz natural y ahorrar electricidad.
No obstante, aunque el sol tardará una hora más en salir por las mañanas y se pondrá una hora más tarde al final del día, el ahorro de electricidad en los hogares dependerá de los horarios de cada uno. Hay que tener en cuenta que la medida se aprobó hace unos 70 años, cuando la iluminación representaba una parte importante del consumo de energía y el cambio de hora tenía sentido. Hoy en día, la demanda de energía responde en gran medida a las necesidades laborales, más aun desde la implementación del teletrabajo por la pandemia de coronavirus.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) demostró en un análisis reciente que, en general, el ahorro de energía en los hogares españoles por el cambio de hora era poco significativo y dependía mucho de la región y del clima.
Es por ello, y por las alteraciones que produce el cambio de hora en los biorritmos naturales, que la Comisión Europea realizó una consulta ciudadana en 2018, en la que el 84% de los 4,6 millones de europeos que participaron se decantaron por dejar de cambiar la hora. Si bien los países miembros debían tomar una decisión para 2019, la aplicación ha ido posponiéndose por falta de consenso hasta día de hoy, cuando el cambio de hora sigue estando vigente.