El 61,8% de los españoles está a favor de acabar con el cambio de hora estacional, según el barómetro del CIS. La práctica de adelantar o retrasar los relojes una hora cada seis meses (el último fin de semana de marzo y el último fin de semana de octubre). Solo el 19,8% es favorable a seguir como hasta ahora, mientras que un 15,7% le da igual lo que se haga al respecto.
El cambio de hora estacional, que cumple con una directiva Europea, busca ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural y optimizar el ahorro energético. Sin embargo, no gusta ni a los españoles ni a los europeos en general.
En 2018 se planteó eliminar el cambio de hora y se inició un proceso que consideraba suprimir este cambio en 2019. Finalmente los estados miembros concluyeron que la iniciativa era prematura y se pospuso la decisión que debía adoptarse este 2021.
El cambio horario es obligatorio y siempre se produce en las mismas fechas y horas en los países miembros de la UE. En la consulta lanzada en 2018 por la Comisión Europea en los 27, participaron 4,6 millones de personas, con más de un 80% a favor de poner fin a los cambios horarios.
Coincidiendo con el cambio horario del último fin de semana de marzo de 2021, la comisión de Transportes del Parlamento Europeo instó a los Estados miembros a acabar con esta práctica aunque el Consejo de la UE aún no se ha posicionado al respecto. La decisión final también se ha visto retrasada por la irrupción de otros asuntos como la pandemia provocada por la Covid-19 o el Brexit.
El horario preferido por los españoles es el de verano. Según la encuesta del CIS el 69,4% se decanta por este horario que comprende los meses de marzo a octubre, mientras que el 16,2% el de invierno (el que comprende de octubre a marzo) y al 10,4% le resulta indiferente.
"Hay que ser un poco didácticos y yo pediría dejar de hablar de horario de verano y de invierno porque al final estamos condicionando la opinión de la gente", ha explicado a Europa Press el presidente de ARHOE (Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles), José Luis Casero, al ser preguntado por el último cambio de hora estacional.
Desde ARHOE, el mantenimiento del cambio de hora bianual "no es aceptable" y Casero recordó que la propia Unión Europea reconoció "que dicho cambio no tiene un impacto económico y sí un impacto sobre la salud", como problemas de fatiga originados por la alteración del sueño.
"A mí encanta el verano más que el invierno, pero es que no tiene que ver el horario de verano y el horario invierno, con el verano y con el invierno. No mezclemos las horas con las estaciones o situaciones particulares de descanso que se provocan en verano", alertó el experto, diferenciando el cambio horario del huso horario, que depende de la latitud que ocupa cada país.
Así, por ejemplo, Finlandia --con muchas horas de luz en verano-- no es partidaria de modificar la hora en marzo mientras que en España el Gobierno nombró en 2018 una comisión de expertos para estudiar la propuesta de la Comisión de abolir los cambios y, en caso de llevarse a a cabo, analizar la conveniencia de quedarse con el de invierno o el de verano.
El Gobierno de España nombró en 2018 una comisión de expertos para estudiar la propuesta de la Comisión de abolir los cambios y este se mostró a favor de adoptar de forma permanente el llamado horario de invierno.
"La gran mayoría, que no una parte, estamos por adoptar el mal llamado horario de invierno que es el GMT+1, que implica una diferencia de una hora con respecto a la hora de luz solar, mientras que el llamado horario de verano, que se adopta ahora en marzo hasta octubre, implica una diferencia de dos horas", explicó el presidente de ARHOE (Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles), José Luis Casero .
"De este modo al adoptar el mal llamado horario de verano, amanecería y anochecería más tarde y en algunas épocas del año, a las nueve de la mañana sería de noche y en algunos sitios, como en A Coruña, a las diez de la mañana sería de noche".
"Desde nuestro punto de vista, la supresión del cambio bianual debe partir de la adopción del horario de octubre, el GMT+1, basándonos en que su impacto económico es marginal y es acorde a factores relacionados con la salud, el descanso, la productividad, el rendimiento laboral, el rendimiento escolar. Y todo ello, además, acompañado de medidas para favorecer la conciliación y la corresponsabilidad", enfatizó.