Solo dos mujeres compiten en territorio nacional, y solo una se atreve también con torneos alrededor del mundo: Cris Lazarraga (Madrid, 1993). Es la mujer que en su moto de agua combate contra las olas. Nació en Madrid en 1993. Hija de piloto, tardó en que la dejaran competir. "Les parecía peligroso correr con chicos. Hasta que crearon una categoría de chicas, y me dejaron. Pero el año que empecé, la eliminaron". Pero ya no era difícil que ella se bajar de la moto. Nadie podía frenarla.
En este 2020 fue campeona del Gran Premio de Polonia y subcampeona de Europa. No fue oro porque se saltó una boya y la penalizaron. Vive en Altea y la apoya Curtis Team. Le costó tres años crear la moto perfecta. Es diseñadora gráfica y periodista. Pero su sueño es ser campeona del mundo y está trabajando y muy duro para lograrlo. Pero tiene una espina clavada, la de que no haya una competición de GP4 solo de mujeres y a nivel mundial, algo que ella creo que merecerían que todas se unieran para lograrlo. Para este Mundial de Cerdeña -cancelado por el covid- había logrado un podio oficioso solo femenino. Cris, como en el agua, donde debe controlar una moto de 300 kilos a 90 kilómetros por hora, no tiene freno. Lo logrará.