El coronavirus se ceba con los barrios más humildes de Madrid y los condena a sufrir nuevas restricciones
Los expertos creen que el hacinamiento y la falta de teletrabajo ha ayudado a disparar los contagios
Muchas de las viviendas de los barrios más humildes están ocupadas por familias enteras
Las Asociaciones Vecinales piden que el confinamiento no se cebe con los barrios del sur y del este
Hay una frontera imaginaria que separa el Madrid rico del pobre. Se trata de un eje que divide la capital y la región en dos y que une la carretera de Extremadura por el Puente de Sevilla y abandona Madrid a través e de la A-2 o carretera de Barcelona. En términos generales, los barrios y distritos al norte de este eje tienen mejores datos y los que están al sur sufren mayor precariedad. La pandemia de coronavirus no ha sido una excepción, afectando especialmente a barrios como Puente de Vallecas, donde se han registrado 1.240 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, Usera, Villaverde y Carabanchel o los municipios de Parla, Getafe y Alcorcón.
Los epidemiólogos sociales saben ahora que la primera ola de la pandemia de coronavirus no respetó estas diferencias, quizás por el papel que jugaron los hospitales y residencias de mayores así como el trasiego de sanitarios cuyos lugares de residencias está principalmente situados en la zona norte.
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Pero el desconfinamiento y la vuelta a la normalidad ha sacado a la luz el verdadero perfil social de la enfermedad. Para Javier Segura, vicepresidente de la Asociación Madrileña de Salud Pública, la vivienda y el teletrabajo explicarían esta situación de emergencia que viven estos barrios del sur y que está en el origen de las nuevas medidas que restringen la movilidad y los contactos sociales anunciadas por la Comunidad de Madrid.
Hacinamiento en los barrios más afectados
Para Segura del Pozo, en aquellos lugares en los que las viviendas estaban por debajo de los estándares medios y en los que el espacio dificulta el confinamiento en caso de contagios, la extensión de la pandemia ha sido evidente. Se trata de casas en las que cada una de las habitaciones pueden estar ocupadas por familias enteras con lo que la transmisión pasa a convertirse en comunitaria.
En estos núcleos sociales del sur de la capital hay un alto componente migratorio. A diferencia de lo que ocurrió en las décadas posteriores a la Guerra Civil los flujos procedentes de otras regiones españolas han sido sustituidos por migrantes económicos de regiones del sur de América, centroeuropa o África. Se trata una población a las que se les ha obligado a confinarse en espacios que no reunían las condiciones para hacerlo y sin que se les haya ofrecido soluciones habitacionales para que el aislamiento fuera efectivo.
La imposibilidad de teletrabajar obliga a una mayor exposición
Junto al hacinamiento en estos barrios del sur madrileño, Javier Segura señala también la escasa presencia del teletrabajo como coadyuvante para explicar la explosión de contagios. Según una gráfica compartida a través de sus redes sociales, "mientras que en los niveles más altos de renta hay en torno a un 70 % teletrabajando, por debajo de los 1.500 € hay menos de la mitad, y entre los de menos de 1.000€ la cifra es del 13 %".
Esta imposibilidad de teletrabajar ha llevado a estos trabajadores a un mayor exposición a la pandemia tanto en los traslados a sus empresas como en los propios centros laborales. Porque hablamos de una población con contratos de trabajo muy precarios o directamente sin documentación que se ha dedicado a labores de limpieza o cuidados y para quienes la ausencia en el puesto trabajo suponía dejar de cobrar.
El miedo a perder el empleo y las dificultades para hacerles llegar los recursos materiales o monetarios necesarios para su subsistencia es lo que ha llevado a muchos a seguir trabajado a pesar de estar enfermos o exponerse a ser contagiados.
El "riesgo aceptable" de los medios de transportes
El uso del transporte público es otro de los elementos que se han utilizado para justificar las altas tasas de contagios en los barrios del sur de la capital o en las localidades más afectadas. Pero para para Javier Segura no está tan claro que la masificación en el metro, cercanías o autobuses explique por sí sola este incremento de afectados.
Afirma este este experto epidemiólogo de la Asociación Madrileña de Salud Pública que faltan estudios concluyentes que demuestren la relación directa ente los contagios y los traslados en los transportes públicos. Se trataría de un "riesgo aceptable" ya que a pesar de mantenerse en un espacio cerrado y sin poder preservar la distancia de seguridad mínima, lo cierto es que el uso de la mascarilla y los hidrogeles, así como el poco tiempo que permanecemos en estos espacios hacen suponer
Este martes, los con concejales del distrito de Puente de Vallecas debatieron por qué este barrio "duplica la media del conjunto del municipio y es cinco veces superior a la media nacional", como denunció el concejal de Más Madrid, Paco Pérez.
El representante de la formación liderada por Íñigo Errejón recordó que con 60.000 habitantes, es "la zona de Europa con mayor número de contagios por cada 100.000" pero "los equipos de atención primaria han estado funcionando con el 50 por ciento de los efectivos". Incluso en uno de ellos "se han detectado entre el personal sanitario hasta nueve positivos".
Esta falta de medios y recursos sanitarios ayudaría también a entender por qué no han funcionado los equipos de rastreadores responsables de atajar los brotes y buscar posibles contagiadores.
Para Javier Segura, las autoridades sanitarias madrileñas han fracasado en su "labor de mitigación" de los contagios una vez superado el confinamiento. Junto a la falta de preparación de los servicios de Atención Primaria la Comunidad no completó los equipos de rastreadores, que según datos de la Asociación Madrileña de Salud Pública serían de unos 2.500 frente a los 800 que asegura tener la Comunidad de Madrid.
Pero para Segura no es una cuestión solo de cantidad de rastreadores sino también de la calidad de estas entrevistas y la pedagogía de los profesionales. Las principales guías de los organismos internacionales insisten en la importancia de combinar la labor de este seguimiento telemático con otra sobre el terreno de carácter comunitario. Se trata de ir más allá del consejo para avanzar en una comunicación más pedagógica que detecte los problemas de las personas para confinarse o los riesgos que asumen en su día a día ante la pandemia.
Indignación de los vecinos
Para los colectivos vecinales el aumento de los contagios supone otra ataque más a estos barrios ya de por sí muy castigados por la crisis económica derivada de la pandemia. Por ello, la Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM) ha asegurado plantarse ante la "estigmatización y humillación" del sur y del este, barrios que sufren las consecuencias "de una Administración que, a la vez que pide responsabilidad a la ciudadanía, actúa de manera absolutamente irresponsable, caótica y temeraria".
La FRAVM "rechaza de plano el confinamiento selectivo", han explicado a través de un comunicado, porque la consideran una medida "absolutamente injusta y poco eficaz". "¿O acaso van a prohibir a la gente de nuestros barrios salir a trabajar, desplazarse a otras zonas para poder mantener la economía, y sectores tan esenciales como el sociosanitario y los cuidados, la alimentación, la logística, el comercio, el transporte o la limpieza?", han lanzado.
¿Quién va a cuidar de las personas ancianas, a reponer en los supermercados, a recoger la basura, a llevar los paquetes de Amazon a nuestras casas? No es de recibo que nos permitan movernos para acudir a los puestos de trabajo pero a la vuelta nos confinen en nuestras casas", ha preguntado la Federación.
"Si nuestros gestores consideran imprescindible el confinamiento de la población para frenar el avance del coronavirus, que confinen todos los barrios de los municipios más afectados, no solo los lugares que siempre pagan el pato de unas políticas que llevan décadas generando desigualdad y desequilibrio territorial", han apremiado.