La pandemia de coronavirus ha hecho que gran parte de la población mundial se encuentre confinada en sus casas. Esto puede provocar que muchas personas sufran estrés y recurran al alcohol para aliviarlo. Pero este comportamiento puede traer consecuencias.
"Tomar alcohol durante el autoaislamiento para relajarse y levantar el ánimo puede llevar a la dependencia", ha explicado el director del Centro Científico sobre Drogodependencia de Moscú, Evgueni Briun, en una entrevista a la agencia de noticias Moskvá.
Y es que, debido al efecto agradable y de relajación que producen estas bebidas, el cuerpo humano se adapta y, cuando este pasa, vuelve a pedir más de lo mismo.
De esta manera, el sujeto "se vuelve incapaz de disfrutar de la vida sin estimularse, se pone de mal humor, se irrita" y "empieza a tener problemas de sueño", mientras que las ingestas de alcohol "no le ayudan a quitar esos síntomas".
Además, las bebidas alcohólicas pueden anular el efecto de los medicamentos y parte del alcohol se libera del organismo por la respiración, lo que vuelve a los pulmones más vulnerables ante una infección.