“No soy religiosa, pero es como un milagro”, dice Audrey, y lo cierto es que prácticamente lo es. La intervención conjunta y coordinada de bomberos, servicios de emergencias y los profesionales del hospital Vall d´Hebron hizo que consiguieran resucitar a Audrey tras más de seis horas en parada cardiorrespiratoria, causada por una hipotermia. Gracias a la técnica ECMO esta mujer de 34 años, de Reino Unido y residente en Barcelona, se ha convertido en la primera persona a la que se ha conseguido resucitar en España tras tantas horas en parada cardíaca.
Los hechos ocurrieron el pasado 3 de noviembre, y tras poco más de un mes Audrey dice que está “casi completamente recuperada”, y sobretodo, “súper feliz”. No se acuerda de nada del domingo en el que sufrió el paro, tampoco de lo que pasó ese sábado, solo recuerda algunas cosas del viernes. Lo que si recuerda con perfecta claridad es lo que pensó al despertarse, al contrario de lo que podría pasar en este tipo de situaciones que suelen hacer que se aprecie más el presente, dice que a ella le sirvió para cerciorarse de que no quería cambiar nada y que ese momento le hizo darse cuenta de que realmente le encanta su vida. Una vida que define como “el mejor regalo que puedo tener”.
Audrey ahora solo se muestra impaciente por volver a trabajar, que es algo que probablemente pueda hacer la semana que viene. Sin ningún daño neurológico la única secuela que le queda es un déficit en la coordinación de las manos, que sufrieron especialmente los efectos del frío. Cuenta con una sonrisa que no se puede abrochar los botones de los pantalones y que se ha tenido que comprar muchos nuevos sin botones, pero que ante todo, está bien.
Una recuperación en la que cada uno de los equipos que participó tuvo una labor indispensable, cada uno de ellos logró salvar la vida de Audrey. Todo comenzó sobre la una del mediodía del día 3 de noviembre. Audrey estaba haciendo una ruta con su marido Rohan por el pirineo catalán, iban de Coma de Vaca a Núria. Sobre esa hora Rohan notó que su mujer estaba actuando de forma extraña hasta que cayó inconsciente. El marido de Audrey se puso en contacto con unos amigos para que avisasen a los bomberos, no sabía exactamente en qué punto del camino estaban por lo que las tareas de rescate se complicaban. Rohan comenzó a hacer fotos a su alrededor y gracias a la extraordinaria labor del servicio de Bomberos consiguieron ubicarles en un punto concreto del recorrido.
Sin embargo, el rescate seguía siendo una tarea complicada, en un primer momento creían que las malas condiciones meteorológicas iban a impedir que el helicóptero llegase hasta ellos. A pesar del mal tiempo un helicóptero se dirigió al Pirineo, era la única esperanza para Audrey. Sobre las 15:30 les localizaron desde el aire, pero las rachas de viento no permitían que el helicóptero aterrizase. Fue entonces cuando uno de los miembros del GRAE, el grupo especial de los bomberos catalanes, saltó desde el helicóptero para auxiliar a la pareja. El helicóptero quedó a dos metros de tierra, desde donde se finalizaron las tareas de rescate. Audrey no mostraba ningún signo vital y su temperatura corporal era de 18 grados.
A las 16:15 el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) comienza a tratar a Audrey. Empieza la maniobra de resucitación cardiopulmonar avanzada, que el SEM practica ininterrumpidamente. Mientras, tratan de lograr que el cuerpo recupere temperatura corporal mediante labores de recalentamiento. El SEM activa un total de seis unidades medicalizadas, entre ellas dos helicópteros, es uno de ellos el que traslada a Audrey hasta el hospital Vall d´Hebron. Se toma esta decisión tras una llamada de la central de Coordinación Sanitaria del SEM, a la que comunican que es buena candidata para una ECMO, que se realizará en dicho hospital.
La gravedad del estado de Audrey es tal que el SEM decide que se la traslade en dos helicópteros. Chus Cabañas, jefe territorial del SEM en Cataluña Central, explica que “Para acortar los tiempos, ambos helicópteros del SEM se encontraron en un punto intermedio, el helisuperficie de Vic, donde se realizó el transfer de la paciente (17:07 h) y fue el helicóptero de vuelo nocturno del SEM el que la trasladó hasta Vall d´Hebron, saliendo a las 17:24 h y llegando a las 17:44 h”.
En el hospital Vall d´Hebron esperaban profesionales de referencia especializados en la técnica ECMO, de forma inmediata se trasladó a la paciente al quirófano. Había que colocar lo antes posible las cánulas de la ECMO para que la sangre circulase fuera del organismo. Esta máquina realiza las funciones de los pulmones y el corazón. Su funcionamiento lo explica Eduard Argudo, médico adjunto de la UCI del hospital Vall d´Hebron especializado en la técnica ECMO, explica que “suple la función cardiaca y pulmonar por completo con un circuito externo”, lo que permite “ganar tiempo”, mientras se recupera la función cardiaca y pulmonar. De esta forma, los órganos reciben sangre y oxígeno hasta que se logra revertir la causa de la parada. En este caso, lo mismo que provocó la parada fue lo que hizo posible que Audrey se recuperase y lograse sobrevivir sin déficits neuronales. La hipotermia la protegía e hizo que su cerebro lograse aguantar más. Cuando la temperatura corporal desciende de los 20 grados, el cerebro puede tolerar paros cardiacos de un tiempo diez veces superior que con una temperatura de 37 grados.
A las 21:46, tras más de ocho horas inconsciente y seis horas sin signos vitales, Audrey tenía una temperatura de 30 grados. Los médicos decidieron aplicar una desfibrilación, tras la primera descarga el corazón de Audrey volvió a latir. Permaneció menos de una semana en la UCI, seis días, tras los que abandonó el hospital sin secuelas permanentes. Un caso sin precedentes en nuestro país y que alrededor del mundo solo se ha dado en contadas ocasiones. Muy cerca del milagro, el que realizaron conjuntamente bomberos, emergencias sanitarias y los profesionales del hospital Vall d´Hebron.