La alta tasa de contagio en España convierte en un riesgo la reapertura escolar
El nivel de transmisión comunitaria del virus será la gran variable a tener en cuenta en la vuelta a las clases, en momentos en que España tiene la más alta incidencia en Europa en las últimas dos semanas
Corea del Sur tenía menos de 50 casos diarios al reabrir sus escuelas en mayo, mientras que Dinamarca, el primer país europeo en volver a las clases antes del verano, no reportó un aumento de casos tras la reapertura
“Aunque no hay evidencia de que los centros educativos puedan trasladar la infección a la comunidad, sí que la pueden amplificar”, señala José Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública
A pocas semanas de que termine el verano, la incógnita de cómo regresar a clases asoma cada vez con más urgencia. La respuesta es probablemente un camino de ensayo y error, un terreno inexplorado, aunque una variable funcionará como hoja de ruta o punto de partida, sobre todo por la experiencia de otros países: el nivel de transmisión comunitaria, o qué tan descontrolado (o no) es el ritmo de los contagios.
Un artículo de la revista Nature recuerda que Corea del Sur reabrió sus escuelas en mayo, cuando tenía menos de 50 casos diarios (cerca de uno por millón de habitantes). A pesar de que debió volver a cerrar cientos de ellas ante rebrotes, la reapertura fue progresiva, habilitando primero los institutos y luego la primaria, y reduciendo la cantidad de estudiantes en las zonas con mayor número de contagios.
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En el caso de Dinamarca, fue también una apertura gradual, primero con los niños de 2 a 12 años, agrupados en “burbujas protectoras” y a horas escalonadas, con lavado de manos cada dos horas, pupitres a dos metros y clases en lo posible en exterior. El primer país europeo en volver a las aulas tenía entonces, también en mayo, una tasa de contagio menor a 1. Después de que los estudiantes de 12 a 16 regresaran, las autoridades sanitarias danesas notificaron que no hubo un aumento en la transmisión.
Otros expertos como Michael T. Osterholm calculan límites más generosos que los de Corea del Sur o Dinamarca y consideran que no es seguro abrir escuelas a partir de 25 casos diarios por cada 100.000 habitantes. Con ese umbral y teniendo en cuenta los últimos datos del jueves, Madrid, por ejemplo, tendría aún margen dada su gran población; también Castilla y León, que tendría el límite en 600 y ayer informó de 107 casos. Pero no el País Vasco, que con 547 casos en las últimas 24 horas superaría el límite.
Al margen de los rangos establecidos, la experiencia no exitosa de escuelas en Israel, Estados Unidos o Chile —donde uno de los primeros brotes ocurrió en una escuela con 30 estudiantes por clase— da sentido a las palabras de Franco Locatelli, el presidente del Consejo Superior de Sanidad de Italia, que cree que es importante reducir los contagios para que las escuelas puedan abrir. O, como argumentó él más exactamente, cerrar las discotecas para volver a clases, a tenor con una de las medidas que el país transalpino tomó en los últimos días ante el aumento de casos diarios.
Los colegios no “trasladan la infección a la comunidad, sí que la pueden amplificar”
Mantener grupos reducidos, utilizar mascarillas y guardar la distancia de seguridad, entre otras pautas de prevención utilizadas en países de todo el mundo, serían entonces normas complementarias al nivel de transmisión comunitaria, la variable que puede determinarlo todo.
En esa línea, será clave establecer un “umbral de transmisión a partir del cual si abrimos el colegio y se recupera la actividad presencial, a pesar de que tengamos en marcha las medidas de prevención que hemos establecido, [la apertura] pueda ser un peligro o un problema”, explica José Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública.
Con el nivel actual de contagios, Ojeda cree que “no es recomendable” un regreso totalmente presencial. “Probablemente habría que limitar mucho más los grupos en los colegios de lo que se propone ahora”, en referencia al máximo de entre 20 y 25 alumnos establecido por el Ministerio de Educación.
El experto recuerda que los centros educativos pueden contribuir a que el virus circule, más allá de que no sean determinantes inicialmente en la transmisión comunitaria. “Aunque no hay evidencia de que los centros educativos puedan trasladar la infección a la comunidad, sí que la pueden amplificar”, señala el especialista en medicina preventiva, que hace referencia a un informe del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades publicado a principios de este mes.
En ese documento, el organismo indica que, si bien hay publicaciones con conclusiones encontradas, los datos “de varios países de la Unión Europea sugieren que la reapertura de las escuelas no se ha asociado con aumentos significativos de la transmisión a la comunidad”, como ocurrió en el caso danés.
Sin embargo, el Centro afirma que, si bien se contagian en menor proporción y con menos gravedad, los niños con síntomas “pueden infectar a otros de forma similar a los adultos”. “La revisión establece que aparentemente la transmisión entre los niños no es tan importante como parecía al principio, pero claro, esos niños luego se van a su casa”, alerta Ojeda.
Una estrategia para un nivel de transmisión muy superior al de junio
Si la mayoría de comunidades autónomas elaboró planes de regreso a clases y hasta el Ministerio de Educación publicó en junio una guía de recomendaciones en medio de la tregua que significó el comienzo del verano, la realidad a puertas de septiembre señala lo contrario y pide, además, una actualización.
España está muy lejos de los menos de 50 casos diarios que Corea del Sur registraba a mediados de mayo, con 3.349 positivos en las últimas 24 horas notificados por Sanidad el jueves. Así mismo, el país tiene la más alta incidencia en Europa en las últimas dos semanas, con 132 contagios por cada 100 mil habitantes.
“Probablemente en junio lo que nos pasó con el fin del estado de alarma y la desescalada es que fuimos quizá muy optimistas”, analiza Ojeda. “Preparamos un escenario favorable, en el cual la transmisión iba a ser baja, y digamos que ahí nos quedamos y nos fuimos ‘de vacaciones’”, agrega el experto, que cree que la incidencia acumulada de las comunidades será esencial para medir el nivel de transmisión, “aunque no sería la única variable a considerar”.
Simón afirma que “hay margen de actuación” y descarta el cierre de aulas
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, estimó este jueves que “hay margen de actuación en todos los ámbitos” para la vuelta a las clases.
“Hay margen de actuación en las comunidades, para que verifiquen qué se hace, apoyen a los colegios para que se pueda hacer, aporten los recursos necesarios para hacerlo”, ha afirmado.
Además, el epidemiólogo ha descartado el cierre de aulas. “No podemos tener a nuestros niños sin estudiar. No podemos hipotecar la competitividad de nuestras promociones de niños”, ha señalado, al tiempo que ha pedido un “esfuerzo” para abrir los centros escolares porque “es muy fácil proponer educación online para aquellos que tienen recursos correctos”.
Sin una estrategia nacional aún, cada comunidad ensaya sus medidas
A la espera de que el Gobierno convoque la Conferencia de Presidentes para buscar una respuesta coordinada, algo que ya le han pedido comunidades como Andalucía, Murcia o Cantabria, cada región ensaya sus propias respuestas.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado el uso obligatorio de mascarilla en el aula en los niños a partir de los seis años, una medida que pretende implementar en Galicia pero que considera debería “tomarse entre todos”.
El conseller catalán de Educación, Josep Bargalló, ha admitido también que ya consideran que los alumnos de más de 10 años tengan que asistir a clase con mascarilla, al menos en las zonas más amenazadas por el virus, aunque no sea aconsejado por los pedagogos.
Madrid, por su parte, tiene visiones ligeramente encontradas sobre si empezar el curso de manera totalmente presencial, en línea con la discusión en otras comunidades.
Así, mientras el vicepresidente Ignacio Aguado considera que el regreso presencial a clases es “prioritario”, no solo educativamente sino también por la conciliación de las familias, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, no se “plantearía un inicio al cien por cien” con la situación actual, según declaró en la Ser.
Sí coinciden los sindicatos, que han anunciado una huelga en varios días del comienzo del curso, además de una conjunta de todas las enseñanzas el 10 de septiembre, frente a la “inacción” del Ejecutivo madrileño, que no ha previsto “ni las medidas adecuadas ni el imprescindible incremento de recursos”.