En 2015 se introduce en el Código Penal la prisión permanente revisable. Desde su ratificación, son más de 20 las personas que han sido condenadas en España a esta pena, que es la máxima que contempla la legislación española. Fue aprobada unilateralmente por el Partido Popular durante la primera legislatura de Mariano Rajoy.
Además, la pena de prisión permanente revisable (PPR) se puede aplicar en otros delitos: es el caso de asesinato de un menor de 16 años o de una persona vulnerable, asesinato perpetrado por un miembro de una organización criminal, asesinatos múltiples y para los terroristas. También en algunos homicidios, como es el caso de jefes de estados, nacionales o extranjeros, y del heredero a la corona en el caso de España. Por último, se contempla en genocidios o crímenes de lesa humanidad.
Esta pena forma parte de la Ley de Seguridad Ciudadana. En el año 2018, PP y Ciudadanos trataron de endurecer la pena pero no consiguieron el respaldo necesario del resto de partidos políticos en la Cámara Baja para hacerlo.
La prisión permanente revisable decreta que el condenado tendrá que cumplir un mínimo de 25 años entre rejas, tras los cuales podrá pedir la libertad, bajo otras dos condiciones. La primera de ellas es que haya obtenido el tercer grado; la segunda, que el tribunal haya emitido un pronóstico favorable de reinserción. El juez decidirá en última instancia si el reo obtiene la libertad, puesto que el cumplimiento de estos requisitos no es vinculante con su puesta en libertad.
A continuación, enumeramos algunos de los casos en los que el autor del crimen ha sido condenado a prisión permanente revisable.
El primer condenado en España a prisión permanente revisable fue David Oubel. Asesinó a sus dos hijas, Candela y Amaia en julio de 2015. En este caso, se cumplía el requisito de la edad, ya que ambas eran menores de 16 años, tenían 9 y 4 años. Además, se aplicó el agravante de parentesco. Se trató de un asesinato con alevosía, ya que el crimen se cometió con una violencia extrema. Su condena le prohíbe además acercarse a su exmujer, su domicilio y su trabajo durante 30 años, así como a abonarle una indemnización de 300.000 euros. Oubel drogó a sus hijas antes de cometer el crimen, mermando por completo sus posibilidades de defensa, y llamó a su exmujer para contarle lo que iba a hacer a las menores.
El 14 de enero de 2016 Sergio Díaz Gutiérrez asesinó al abuelo de la que entonces era su novia. Se trataba de un carnicero del municipio de Icod de los Vinos, en Tenerife. Fue acusado de un delito de asesinato con alevosía, ensañamiento sobre una víctima especialmente vulnerable en atención a su enfermedad o discapacidad. Díaz asestó al hombre, que estaba indefenso, más de 30 puñaladas con un cuchillo que portó a la vivienda, además de otros que cogió de la misma. Además, le propinó numerosos golpes con diversos objetos, hasta que murió a causa de la pérdida de sangre
El Supremo sustituyó, tras un recurso, la pena de prisión permanente revisable por 24 años de prisión, ya que en la primera sentencia se tuvo en cuenta una misma circunstancia para aplicarle dos agravantes distintos, algo que no se puede dar en derecho. El supuesto que se contemplaba dos veces era la vulnerabilidad de la víctima. Se usó para el asesinato con alevosía y la pena específica que prevé el Código penal para víctimas especialmente vulnerables.
Daniel Montaño fue el primer condenado a prisión permanente revisable en el País Vasco. Acusado de haber tirado a una bebé por la ventana en Vitoria, causándole la muerte un día después tras el traumatismo craneoencefálico, la menor era la hija de una mujer a la que trató de matar unos minutos antes del crimen. En ese momento, la madre tenía 18 años y ambos se habían conocido en los meses previos. A pesar de que Daniel justificó que lo hizo porque veía en ella "la semilla del mal" y que se sentía un ángel que tenía que "salvar el mundo", la madre de la niña asegura que las atacó cuando esta se negó a tener relaciones sexuales con él.
En agosto de 2016 Nogueira se presentó por sorpresa en la casa de sus tíos y sus primos. Lo hizo sabiendo que iba a cometer los asesinatos, tenía todo calculado. Con total frialdad se presentó con un par de pizzas cuando solo estaba la madre con los niños, les dijo que les invitaba a comer. Tras la comida, primero asesinó a la madre, que era la mujer de su tío. Después, a los niños, de tan solo uno y cuatro años. Además, retransmitió todo en directo a un amigo, con el que se jactaba de sus actos y del comportamiento de los pequeños antes de la muerte.
Tras los tres primeros crímenes se duchó y esperó paciente a su tío. Cuando llegó, también le asesinó a él. En un primer momento, se condenó al conocido como asesino de Pioz, a tres penas de prisión permanente revisable por el asesinato de los dos niños y de su tío. Sin embargo, el Tribunal de Justicia Superior de Castilla La Mancha, ratificó de tres a una las penas, pena que fue contemplada por asesinato múltiple, que la ley española fija en dos o más.
Mirás fue arrestado y condenado por asesinar a su hijo el 7 de mayo de 2017, tenía tan solo 11 años. Los psiquiatras en el juicio constataron que el parricida “Sabía lo que hacía y tenía capacidad para elegir lo que hacía”. El hombre, al que definen como frío y con falta de remordimiento, mató a su hijo golpeándolo en la cabeza con una pala de obra. Los hechos se produjeron en una zona boscosa y difícil acceso, donde el menor no tenía posibilidad de defenderse.
Catalán fue acusado de violar y asesinar a una mujer que se encontraba semiinconsciente. El crimen se produjo cuando la víctima se encontraba en casa del acusado. Los restos biológicos probaron la agresión sexual y que la mujer estaba semiinconsciente en el momento de los hechos. El estado de inconsciencia de la víctima se había producido tras el consumo de ansiolíticos, que tenía recetados según su mujer, para tratar un trastorno. Catalán fue condenado a la pena máxima y a una indemnización, tanto a la mujer de la víctima como a su madre.
Francisco Salvador era acusado de irrumpir en la casa de la que había sido su pareja por un breve periodo de tiempo. Aprovechando su total estado de indefensión, ya que estaba dormida, la agredió sexualmente y tras ello, le dio más de cien golpes y puñaladas en distintas zonas del cuerpo. El fiscal calificó este asesinato como uno “de los más salvajes” que se había encontrado en su carrera. El condenado contaba con un amplio historial delictivo, la mayoría de casos ligados a la violencia machista.
Ocurrió en Pilas, Sevilla, en marzo de 2017. El ya condenado, Enrique Romay, asesinó a una mujer que residía en el barrio cuando esta opuso resistencia al tratar de violarla. Lo hizo con alevosía y ensañamiento, golpeando a la mujer “repetidamente en la cara y la cabeza”, además de usar el arma blanca que portaba para atacar su abdomen y sus muslos. Su caso supuso la primera condena de este tipo en Sevilla.
En Mora, Toledo, Rafael García aprovechó la situación de vulnerabilidad de su esposa para asesinarla cuando esta no lo esperaba. El crimen se produjo en la casa que ambos compartían, la mujer de García sufría una enfermedad rara. El condenado le asestó tres puñaladas tras tirarla al suelo. La Audiencia Provincial de Toledo dictó para él la pena máxima, por la situación de su mujer y el agravante de parentesco. Además, le retiró la patria potestad de ambos.
El caso de la niña Sara conmocionó a Valladolid. La pequeña tenía tan solo cuatro años cuando murió, fue el 3 de agosto de 2017, la menor se encontraba en parada cardiorrespiratoria cuando los sanitarios acudieron al domicilio, falleció poco después. A la pareja de su madre se le acusó de un delito continuado de maltrato y agresión sexual, como posteriormente se probó. A Hernández se le condenó a la pena máxima, mientras que a la madre de la niña, a 28 años de prisión, ya que se la consideró autora por comisión por omisión, ya que no protegió debidamente a su hija.
Fue uno de los casos que más conmocionó a España. Ana Julia Quezada acababa con la vida del hijo de su pareja sentimental. Los hechos se produjeron en febrero de 2018, bajo unas circunstancias en las que el menor no pudo defenderse. Se tuvo en cuenta la alevosía y la edad del pequeño, que tenía tan solo 8 años, además del agravante de parentesco.
Es la primera condena a prisión permanente revisable en Madrid y una de las más recientes. Mounir Ayad era acusado del asesinato de su mujer en Alcobendas y de la del hijo de esta, el 2 de mayo de 2017. En el fallo se tenía en cuenta el agravante de parentesco en ambos casos y la alevosía, ya que asestó 30 puñaladas a su mujer y 16 al hijo de esta, fruto de una relación anterior. En el caso de Raquel, su pareja, se tuvo en cuenta el agravante de que se cometió por razones de género, ya que, según la sentencia, no aceptaba la situación de igualdad entre ambos.
El condenado se llama Laurentiu Mihai, acusado de asesinar a la hija de su pareja con la única intención de causarle un daño irreparable. Un móvil machista, que según la sentencia cometió "conscientemente, con plena voluntad e intención de acabar con su vida". La menor no tenía posibilidad de defenderse, no solo por el hecho de que estuviese durmiendo y de que no hubiese nadie más en la vivienda, además y principalmente, porque tenía tan solo dos años. El hombre cometió el crimen cuando su mujer le comunicó su intención de divorciarse.
Fue declarado culpable el 17 de diciembre de 2019 por asesinar a la joven madrileña Diana Quer, de 18 años, quien se encontraba de vacaciones aquel fatídico 22 de agosto de 2016 en el municipio coruñés de A Pobra de Caramiñal. El Tribunal Supremo hizo firme la pena el 26 de noviembre de 2020.
Además, la Audiencia Provincial de A Coruña celebrará el próximo mes de noviembre un juicio contra Abuín por una agresión sexual a su cuñada en enero de 2005, cuando esta tenía 17 años.
Ada de la Torre mató a su hija de nueve años en Bilbao y supuso la segunda mujer en ser condenada con prisión permanente revisable después de Ana Julia Quezada. La Audiencia Provincial de Vizcaya dictó sentencia el 21 de diciembre de 2019.
Iván Paro Peña mató y maltrató de manera continuada a su sobrina de ocho años en la localidad oscense de Sabiñánigo. Fue condenado a prisión permanente revisable el 7 de octubre de 2020 por la Audiencia Provincial de Huesca.
Norbert Feher, conocido como Igor el Ruso, es un criminal serbio de etnia húngara. Se le atribuyen diversos crímenes de asesinato y robo en Italia y en España. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón lo condenó por un triple asesinato, el del ganadero José Luis Iranzo y el de los dos guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. Los hechos ocurrieron en Andorra, Teruel, en septiembre de 2017. Feher ya fue condenado en 2019 por el intento de homicidio de otros dos vecinos turolenses.
La tarde del 2 de agosto de 2019 marcaría un antes y un después en la vida de Silvia Acebal. La mujer dio a luz en su casa, asesinó a su bebé recién nacido asestándole 53 puñaladas y lo arrojó a un contenedor enfrente de su casa. La mujer, de 27 años, fue detenida en septiembre junto a su pareja, Daniel, que declaró no saber que ella estaba embarazada. Ella justificó su estado y la sangre derramada tras el parto "por un quiste de ovario".
Él salió en libertad y Silvia fue condenada a prisión permanente revisable el 27 de mayo de 2021. La noticia conmocionó a sus vecinos de la localidad gijonesa de Nuevo Roces, donde residían.
La Audiencia Provincial de Alicante condenó a prisión permanente revisable a Francisco Javier Martínez, un hombre al que un jurado popular declaró culpable del asesinato de sus padres y de su hermano en el domicilio familiar del barrio Juan XIII, en la capital alicantina. Los hechos se remontan al 13 de septiembre de 2018, cuando el condenado, de 46 años, se encontraba a solas con su único hermano, momento que aprovechó para atacarle por sorpresa con un cuchillo de 25 centímetros de longitud.
A continuación, aguardó en la vivienda la llegada de su padre y de su madre, a quienes asestó 11 y 8 puñaladas, respectivamente. La condena fue ratificada el 1 de junio del año pasado.
Juan Carlos Jiménez Jiménez y Emilio Jiménez Jiménez son padre e hijo y los primeros condenados a prisión permanente revisable en Navarra. Juan Carlos Jiménez disparó y mató a un padre y a sus dos hijos. Emilio Jiménez le facilitó el arma, por lo que fue igualmente condenado por el jurado popular. Se trató de una pelea entre clanes.
Alejandra García peregrino acabó con la vida del hijo de acogida de ocho años de su pareja sentimental en Elda (Alicante) en agosto de 2017. El Tribunal Supremo confirmó su condena el 16 de septiembre de 2021. El pequeño tenía una discapacidad del 36%.
Fue detenida en mayo de 2018. Es entonces cuando declaró que el niño murió al atragantarse con un trozo de jamón. Ella se asustó y simuló el ataque. Pero, según el escrito del fiscal, Alejandra asfixió a Dominique con una camiseta por la espalda. Luego le desnudó para para simular un abuso sexual.
Bernardo Montoya, que tenía antecedentes por asesinar a una anciana de 82 años y por otros delitos de robo o allanamiento, fue detenido por ser el sospechoso de quitarle la vida a Laura Luelmo, una profesora zamorana de 26 años.
La Audiencia Provincial de Huelva, el pasado diciembre, condenó a la máxima pena posible, prisión permanente revisable, a Montoya, de 53 años, por retener ilegalmente, agredir sexualmente y asesinar a la joven docente en el municipio onubense de El Campillo en diciembre de 2018.