El confinamiento ha pasado factura a nuestra capacidad al volante. La falta sensación de control, y las consecuencias psicológicas del confinamiento pueden costarnos la vida, así como el estado de coches que hayan podido estar meses con el coche sin usar. Así que antes de siquiera accionar el contacto de tu coche, deberías comprobar su estado, especialmente si no lo has usado en los últimos dos meses.
Los puntos más vitales son la presión de los neumáticos y el estado de la batería. Los expertos también recomiendan que los primeros viajes sean cortos porque la ansiedad, la falta de sueño y la necesidad de volver a estar al cien por cien en el coche lleva su tiempo. El hecho de que no haya muchos coches no nos da vía libre para correr más y ahora hay que tener en cuenta que hay más peatones y gente usando bicicletas. Consejos estos que muchos no atienden como demuestran las cifras desde el Estado de alarma.
Un total de 110 personas han fallecido en las carreteras desde que terminó el estado de alarma, del 21 de junio hasta el 22 de julio, un 1% más que en el mismo periodo del año anterior, a pesar de haber disminuido los niveles de tráfico, según los datos del Fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, que atribuye este incremento, entre otros motivos, a una a una concepción de "inmadurez e irresponsabilidad" unida a la ilusión del "yo controlo".
Esto ha provocado salidas de vía y accidentes por exceso de velocidad. "Hemos visto conductas exhibicionistas que desafiaban el Covid y la seguridad vial, conduciendo a más de 200km/h siempre enseñando en redes esa conducta obscena", ha lamentado. En este sentido, ha apuntado que disminuye el volumen de tráfico un 7% diario y un 22% los fines de semana pero ha habido 106 muertos, uno más que el año pasado. "Hay más siniestralidad y menos volumen de tráfico", ha constatado el fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, unos datos que ya había adelantado recientemente la DGT.
Esta situación también se observó durante el Estado de Alarma, cuando la siniestralidad vial se redujo un 55%, en menor proporción que el flujo de circulación que cayó un 70% en esos meses con respecto al mismo periodo de 2019. Vargas también ha achacado este desajuste entre el flujo de circulación y el número de accidentes a las consecuencias psicológicas del confinamiento como "disminución de la concentración, cuadros de fatiga y sueño".
El Fiscal apunta igualmente que la vuelta a las segundas residencias y los reencuentros familiares en grupo sin cumplir las pautas sanitarias coinciden en personas que tampoco respetan las normas viales. Además, teme un repunte de la siniestralidad por el incremento del turismo nacional durante la época vacacional y la preponderante utilización del coche privado, renunciando al transporte público por seguridad sanitaria. En la presentación de los datos también ha participado la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, quien ha pedido que las carreteras sean ahora "espacios que unen familias", no que las "rompan".
Las motos también se han convertido en una fuente de siniestralidad. Dirección General de Tráfico intensifica durante el fin de semana la vigilancia en las carreteras frecuentadas por motoristas, con el objetivo de reducir la accidentalidad y las consecuencias lesivas derivadas de ellos, así como comprobar el cumplimiento de las normas y divulgar la importancia que tiene el respeto a las mismas, según ha informado la institución.
Este incremento de la vigilancia viene constatado porque en los últimos 10 fines de semana 27 motoristas han fallecido en accidente de tráfico en vías interurbanas.
Tráfico ha mostrado su preocupación por esta cifra que le hace estar en contacto con las asociaciones de motoristas y fabricantes para adoptar medidas que lleven a reducir la siniestralidad de este colectivo, como el programa de investigación de accidentes, la promoción del airbag protector para motoristas o la acreditación de escuelas de conducción para la impartición de cursos.
Los principales factores de riesgo, así como la mayor parte de las infracciones cometidas por los motoristas, son los adelantamientos antirreglamentarios; los excesos de velocidad y el consumo de alcohol y drogas; o el no uso del casco. En este contexto, Tráfico ha destacado que España es el segundo país de la Unión Europea que mayor parque de motos y ciclomotores tiene, con 5,4 millones de unidades, lo que representan el 15 por ciento del parque de vehículos y el 21 por ciento de los fallecidos.
En 2020 han fallecido en las vías interurbanas 82 motoristas y seis usuarios de ciclomotor. El perfil del motorista fallecido, según ha apuntado la DGT, es el de un varón entre 25 y 54 años, con más de 10 años de permiso y por motivos relacionados con el ocio.
Las carreteras convencionales son las vías donde fallecen 8 de cada 10 motoristas en fin de semana. Por tipo de accidentes, casi la mitad de ellos son salidas de la vía, sin ningún otro vehículo implicado; en un tramo de la calzada curvo y con motos de alta cilindrada. Pese a que la mayoría de los usuarios de moto y ciclomotor ya hacen uso del casco, la DGT constata a través del seguimiento de la accidentalidad que "todavía queda un pequeño reducto de usuarios que no hace uso del mismo".
"No llevar el casco incrementa el riesgo de lesión en la cabeza, la severidad de las lesiones, el tiempo de internamiento en el hospital y la probabilidad de muerte como consecuencia de lesiones en la cabeza", ha subrayado Tráfico, destacando que tres de cada cuatro motoristas fallecen a consecuencia de heridas en la cabeza. Además del casco, Tráfico ha destacado la importancia de tener en cuenta el resto de equipamiento, "más si cabe en una época del año, en la que es habitual ver a usuarios sin protección alguna".
A pesar del calor, ha insistido en que los guantes son "otro de los elementos básicos" en el equipamiento de los motoristas, ya que protegen las manos en caso de caída. "De forma instintiva ante una caída lo primero que se hace para protegerse es apoyar las manos e intentar amortiguar el golpe", ha advertido la institución.
En cuanto a las chaquetas o chalecos con airbag, la DGT ha asegurado que estas prendas "protegen áreas vitales del cuerpo", como la columna vertebral, la caja torácica y el abdomen. En caso de caída el airbag se activa y mantiene el eje cabeza-cuello-tronco alineado, evitando así los movimientos de hiperflexión o hiperextensión de la cabeza.
En este sentido, Tráfico señala que el porcentaje de lesiones en la columna fue menor entre quienes usaron una chaqueta con airbag (13,6%) que entre los que usaron solo ropa protectora (27,3%); y que su uso puede reducir además hasta un 22 por ciento la probabilidad de sufrir lesiones graves en tejidos blandos.