El drama de aprender inglés tiene remedio: introducirlo en la rutina, practicarlo y dedicarle horas es vital

  • Aprender inglés pasa por asumir que debemos ser autodidactas e introducir el idioma en nuestro día a día

  • Cada vez existen más opciones gratuitas para practicar el idioma y mejorar exponencialmente

Aprender inglés sigue siendo una de las asignaturas pendientes para muchos españoles. Según la Oficina Europea de Estadística Eurostat, España sigue presentando un bajo nivel en el conocimiento de este idioma y -lo que es peor- las cosas no han cambiado mucho en la última década, al contrario de lo ocurrido en otros países tradicionalmente poco angloparlantes, como Portugal, Grecia o Italia.

Son los vascos los españoles que mejor dominan este idioma con un 58,06% de puntuación sobre el 100%, seguida de la Comunidad de Madrid (57,35) y Navarra (57,09). A la cola de la clasificación regional se encuentran Extremadura (52,29), Illes Balears (52,90) y Murcia (53,92).

Nuestra mala posición -25 en un ranking de 33 países de Europa- tiene su origen, según Eurostat, en motivos principalmente estructurales: el tamaño relativamente grande del país y un PIB per cápita relativamente modesto en relación al resto del ámbito continental, sumados al hecho de contar con una potente lengua global, el español, serían factores que explican por qué seguimos a la cola en el uso de la tercera lengua más hablada del mundo y la principal si nos referimos a entornos de negocio, viajes o relaciones internacionales.

Vital para moverse en el mundo de los negocios

Lo cierto es que hace falta tiempo y paciencia para dominar el inglés, aunque también lo es que se trata de una de las lenguas más sencillas con las que podemos toparnos a la hora de ampliar nuestro abanico de idiomas. No es casualidad que se trate de la lengua más utilizada en el mundo de los negocios, ni que sea posible manejarse en la gran mayoría de países si sabemos comunicarnos en inglés con sus habitantes.

Como ocurre con cualquier otra área de conocimiento, la disciplina y la determinación son clave para dar pasos hacia el dominio del idioma. Por eso en este artículo te contamos cinco sencillos -pero muy efectivos- consejos para aprender inglés. Eso sí, todo dependerá de tu voluntad y tu constancia a la hora de enfrentarte a este reto.

1. Introduce el idioma en tu rutina

Introducir el idioma en tu rutina es el primero de los grandes trucos para aprender inglés: si queremos dominar un idioma, tenemos que convivir en cierta medida con él y aprender a llevar un día a día en el que éste sea parte natural de tu comunicación. Puede dar cierto vértigo darse cuenta de hasta qué punto nos faltan conocimientos si intentamos traducir nuestra rutina a otro idioma, pero es la mejor forma de avanzar.

Intenta ver películas o series en versión original, lee prensa o libros en inglés (atendiendo a tu nivel), crea un diario en el que resumas tu jornada utilizando este idioma, anota aquel vocabulario que no conozcas y que aparezca en tu día a día… No se trata de estudiar inglés todo el rato, pero sí de tomar conciencia de que, si tu meta es dominarlo a la perfección, necesitarás 'pensar en inglés', y ello pasa por introducirlo en tu rutina de forma real.

Una vez superado el ‘shock’ inicial te darás cuenta de que, en realidad, los conocimientos que necesitas para explicar tus hábitos diarios no son ilimitados. Poco a poco podrás abrir camino hacia tus áreas de interés: a nivel laboral, a nivel social, etc.

2. Crea una fuente de motivación

Aprender un idioma no es tarea fácil: supone muchísimo tiempo y dedicación, así como la superación de barreras personales y el reto de no poder comunicarse con fluidez con otra persona, o de no entender un contenido con la misma rapidez (o no entenderlo en absoluto) que en nuestro idioma natal. Todas estas realidades generan frustración y nos pueden llevar a tirar la toalla.

El reto es mayor aún si valoramos que cada vez nos cuesta más asumir tareas cuyo fruto se obtenga a largo plazo: vivimos rodeados de estímulos de recompensa inmediata, y cada vez tenemos menos paciencia cuando se trata de enfrentarnos a una meta que tardará en alcanzarse.

Como contrapunto, piensa en todo lo que ganarás si consigues dominar el inglés: libertad para comunicarte casi en cualquier país, más oportunidades laborales, acceso a más contenidos de todo tipo (que tal vez no existan en español), capacidad para conocer a muchas más personas de forma real y sin barreras… y sobre todo la satisfacción personal de haber superado un reto de tal magnitud.

3. Márcate metas realistas

Muchas veces nos damos ‘atracones’ de información cuando estamos motivados con algo, pero sabemos que difícilmente podremos mantener ese ritmo de aprendizaje a largo plazo. Por eso es preferible marcarse metas realistas, tanto en cuanto al tiempo que podemos dedicarle a aprender inglés como en lo referente a nuestra velocidad de aprendizaje.

Absorber un idioma requiere tiempo y los conocimientos necesitan reposo (y uso) para asentarse, por lo que es preferible mantener un avance lento pero estable que trabajar intercalando picos de intensidad y vacíos totales. Además, si tus metas son realistas evitarás ‘cogerle manía’ al idioma y, nuevamente, frustrarte por tu falta de avance.

4. Practica inglés en escenarios reales

Aunque no siempre tendremos el nivel para hacerlo, en cuanto puedas es conveniente que te sumerjas en situaciones en las que debas utilizar el inglés. Es sin duda uno de lo grandes retos a lo que te enfrentarás: pedir información en inglés y recibirla en el mismo idioma, intentar contar una anécdota en otro idioma con naturalidad, dominar tus nervios cuando no encuentres la palabra adecuada y salir airoso de la situación… Todas estas situaciones te llevarán a enfrentarte al aprendizaje del inglés de manera real y, lo que es más importante, a controlar situaciones complejas que te llevarán a crecer muchísimo a nivel personal.

Por eso, prueba a practicar tu inglés cuando viajes, o intenta crear amistades que hablen este idioma, apúntate a citas de tándem… Cada vez existen más opciones gratuitas (o muy baratas) para practicar.

5. Conviértete en un estudiante autodidacta

Para aprender inglés es clave recibir lecciones que nos lleven a evitar errores que, una vez interiorizados, nos cueste mucho corregir. Sobre todo cuando se trata de nuestro primer contacto con el idioma -y cuando aprendemos a controlar su gramática y estructura básica-, necesitaremos con toda seguridad ayuda externa de un profesor. Pero ello no debe traducirse en dejar en manos de un tercero la responsabilidad de nuestro avance: para hablar inglés de verdad tendrás que asumir la carga de aprender de forma autodidacta.

Si limitas tu tiempo de aprendizaje a las pocas horas a la semana en que asistas a clase y a cumplir con tus tareas, éste será claramente insuficiente para aprender de verdad. Es importante asumir que eres el principal responsable de tu aprendizaje y, como ocurre en cualquier materia, la diferencia entre ‘salir del paso’ y controlar verdaderamente el objeto de tu estudio reside en tu trabajo y voluntad de aprender. Por eso, investiga, lee, habla, observa, traduce… Crea tu propio método, el que mejor te funcione y se adapte a tus necesidades y deseos. Y no olvides que intentar autoengañarte solo te llevará a perder tiempo y a alejarte de tu meta.