Los consejos para evitar la depresión postvacacional
Adaptarse "progresivamente", pensar en positivo y tomárselo con calma
Volver a casa antes y recuperar algunas rutinas te ayudarán a llevarlo mejor
El mes de agosto está a la vuelta de la esquina y con él, para muchos, el inicio de las vacaciones, de disfrutar del sol, de la playa, la montaña... pero no todos tienen la misma suerte. Otros deben dejar el bañador y la maleta a buen recaudo y volver de nuevo a la rutina laboral. Para aquellos que regresan de una semana, quince días o todo un mes de descanso, la recomendación es la misma: "la adaptación progresiva" al puesto de trabajo y, también, "pensar en positivo".
Afrontar la vuelta a la rutina tras las vacaciones de buen humor y sin caer en el desánimo es posible siempre y cuando marquemos unos hábitos concretos. Así lo ha explicado a Europa Press la profesora del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de UNIR, Montserrat Amorós, quien ha destacado que la clave principal es "hacerse a la idea de que, aunque nos duela, las vacaciones no son eternas".
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Una idea "básica" pero que "parece que se nos olvida cuando estamos de descanso". Aunque es cierto que "lo fundamental es desconectar lo máximo posible de tu rutina laboral, también es necesario que, en los últimos días, uno sea consciente de que tiene que volver a trabajar y lo haga de la forma menos traumática posible".
Poco a poco -sobre todo en los últimos días- hay que ir recuperando rutinas, es decir, adaptarse a la vuelta. "Si uno tiene que madrugar el lunes después de las vacaciones, es bueno que durante los días previos no se acueste tan tarde y que vaya recuperando rutinas porque estas acciones no son incompatibles con seguir disfrutando de las vacaciones".
Además, como recomendación, Amorós ha indicado que "suele ser mejor volver del destino de vacaciones antes y no el día previo a la vuelta al trabajo para que la adaptación sea mejor y uno tenga días para asumir la vuelta y organizarse".
A veces, en un viaje, también nos estresamos de otras formas, hay que coger vuelos, trenes, autobuses... incluso si vas al extranjero puedes tener cambios horarios, ir a lugares fríos, sufrir jet lag... todas estas situaciones también nos apuran durante las vacaciones y no nos dejan descansar del todo, por ello, es bueno tener unos días de descanso total en casa antes de volver a trabajar.
Es bueno "tener un margen de dos días en tu propio hogar para asumir las vacaciones y también prepararnos a nivel de la organización, deshacer maletas, descansar, preparar la comida si tenemos que comer fuera de casa, cuidar la logística familiar... todo ello hará mejor la vuelta al trabajo porque nos hemos preparado".
"La idea es que cada persona, cuando tenga que volver a su puesto de trabajo, vuelva con la impresión de que ha disfrutado de sus vacaciones, que haya desconectado, descansado, que haya vivido unos días muy buenos con su familia, amigos o pareja y esos recuerdos le hagan afrontar la vuelta con una mejor sonrisa y con las pilas cargadas", ha explicado la profesora de la UNIR.
Volver a la rutina "a veces es complicado" por eso es bueno "ir haciéndose a la idea. Está claro que no tenemos que pensar en ello todo el rato pero sí es conveniente pensar en ello para organizarse. Sabemos que va a ser difícil porque venimos de un periodo de descanso pero indiscutiblemente vamos a tener que volver así que es mejor hacerlo de la mejor manera posible".
En este punto, ha indicado, "es como los niños cuando en septiembre vuelven al cole. Intentamos recordárselo, explicárselo y adaptarle a ciertas rutinas... pues con los adultos pasa lo mismo. Todo tiene un fin y siempre hay que pensar que ya queda menos para las próximas vacaciones" porque "aunque hay que recordar esos buenos momentos que hemos vivido en vacaciones, también debemos valorar que tenemos trabajo".
Vacaciones, ¿todas juntas o separadas?
Con respecto a si es mejor coger todas las vacaciones juntas o separarlas por días, la experta explica que "depende siempre de las necesidades de cada persona. Una no es mejor que la otra ni al revés".
Lo importante es "tener un buen nivel organizativo porque cada persona o cada familia tiene sus propias circunstancias. Adaptar eso a tus necesidades y a tu logística hará que disfrutes de las mejores vacaciones posibles" porque lo que está claro es que "todo el mundo necesita desconectar. Depende mucho también de la empresa y de las posibilidades que nos den pero necesitamos romper con la rutina, cambiar un poco el ritmo, valorar otras cosas... pasar tiempo con tu gente, relajarse... y eso es lo único que debemos hacer".
Además, los compañeros de trabajo también pueden ayudar a la reincorporación al trabajo. "Cuando uno vuelve de vacaciones, nos gusta hablar, contar lo que nos ha pasado, nuestras experiencias, recordar ciertos momentos... y, al final, pasas mucho tiempo con tus propios compañeros. Si ellos te escuchan y te preguntan también te pueden hacer la vuelta un poco más fácil porque sigues recordando momentos y compartir siempre ayuda a sentirnos mejor".
Aún así, ha reconocido, el periodo de adaptación "depende de la persona" pero la recomendación es que "si nos intentamos adaptar desde el principio y tener buen ánimo será todo más sencillo. Si el entorno de trabajo es bueno, nos vamos a sentir bien, recordar esas vacaciones que hemos tenido en verano y sobre todo hacernos a la idea de que otras vendrán, es importante para enfrentarse a la realidad final".