Dos años y seis meses de cárcel y una indemnización de 9.000 euros. Es la condena a un hombre que amenazó con desvelar la identidad sexual de un joven si no le daba dinero. Una y otra vez. "Si no te hablo más me maté. No aguanto más". Cumplió sus amenazas. Acabó quitándose la vida. En plena polémica por la falta acusación de la agresión en Malasaña, se ha conocido la ratificación de esta sentencia por la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña. Un reflejo de que esos armarios de los que hablaba el presidente siguen cerrados en muchos casos, aunque España sea uno de los países más tolerantes del mundo.
El tribunal acepta en su totalidad los hechos considerados probados en el fallo, según el cual, en octubre de 2019, el acusado contactó a través de la aplicación 'Bender' con la víctima, a la que acabó exigiendo la suma de cien euros a cambio de no difundir o revelar capturas relativas a su homosexualidad. La víctima llegó a pagar ese dinero, aunque el condenado le siguió enviando mensajes de whatsapp "presionando" para que le entregara más dinero a cambio de no decir la condición sexual del joven en A Coruña.
El condenado "no cejó en sus amenazas" y continuó exigiéndole una suma de dinero. Su víctima, "presa de la desesperación y la angustia en la que se hallaba sumido", decidió que la única solución a este chantaje permanente era quitarse la vida. El ahora condenado siguió enviándole whatsapps, reclamando dinero y diciendo que le iba a "amargar" la vida, pero el joven ya estaba muerto. No lo sabía.
La sentencia de la Audiencia de A Coruña, dictada en junio, afirma que "este dramático final, pese a ser ajeno a la voluntad" del condenado "es el mejor reflejo de la perturbación y angustia creadas en la víctima por la presión a la que le sometía el apelante", dice sobre el recurso que este presentó por su condena en primera instancia. "La presión continua, la reiteración de la petición de dinero tras haber recibido el primer pago, fueron suficientes para llevar a la víctima a adoptar una decisión irreversible y gravísima", añade, descartando también el argumento de que existía en la víctima una "circunstancia preexistente" en relación al suicidio por la nota que la víctima dejó.
"Es cierto que reconoció esas tendencias, aunque sin llegar a concretar cuándo y cómo se produjeron los 'muchos intentos' que menciona", señala el fallo, que apunta, no obstante, a frases también incluidas como "antes muerto que dominado por quien sea". También ve acreditado el delito de amenaza por "un ataque al derecho de la persona a formar, disfrutar y ejercer su libertad con plena autonomía de decisión y acción".