Las vacaciones, sobre todo las de verano, suelen traer de la mano tiempo duros para las plantas que acumulamos en casa. No solo aumentan las temperaturas y desciende el nivel de precipitaciones, sino que nuestra ausencia durante largas temporadas provoca cambios en los tiempos de riego, y esta circunstancia puede suponer daños irreparables si no tomamos medidas antes de la operación salida. No es lo mismo irnos una semana que desaparecer durante un mes, y no siempre podemos pedir a alguien que nos eche una mano. Y tampoco las plantas de casa que las del balcón. En todos estos casos, ¿cómo regar las plantas en vacaciones? ¿Qué sistemas de riego no presenciales podemos encontrar en el mercado y cómo aplicarlos?
Si vas a ausentarte solo unos días, es posible que tus plantas ni se enteren ni lo sufran: bastará con regarlas con cierta abundancia (pero sin encharcarlas) antes de irte y volver a hacerlo nada más llegar, así como intentar mantenerlas en un espacio en el que la humedad dure lo máximo posible. En estos casos puede ser conveniente moverlas de lugar para que permanezcan a la sombra, así como asegurarte de mantener la casa fresca. De esta forma, la humedad del ambiente durará más tiempo. Eso sí, evita bajar las persianas por completo o dejar tus macetas en la penumbra: no olvides que las plantas necesitan luz solar para vivir.
La cosa se complica si tenemos jardín: por mucho que nos vayamos pocos días, el grado de exposición al sol de nuestras plantas será inevitablemente el mismo y la humedad tardará el mismo (poco) tiempo en desaparecer.
En cualquier caso, existen soluciones a medida pensadas precisamente para este tipo de circunstancias. Una de ellas (sencilla y económica) es recurrir a los conos de goteo, que se clavan en la tierra y que cuentan con una abertura amplia en su parte superior, en la que se coloca la boca de una botella de agua llena. La botella de agua, colocada boca abajo, deberá llevar un pequeño agujero en su base para que entre aire y el líquido pueda salir por el extremo opuesto. El cono cuenta con una pequeña boquilla que dosifica la salida de agua durante varios días, sin inundar las raíces. Eso sí, este método no es apto para ausencias prolongadas, pero es perfecto para periodos de alrededor de una semana.
Otra opción es el riego por capilaridad. Este método, también sencillo y económico, consiste en usar una cuerda de algodón y colocar un extremo en el interior de la maceta que quieras mantener húmeda, enterrándolo un poco para que el agua penetre mejor. El otro extremo irá introducido en una botella o cubo con agua. La cuerda absorberá el agua y las mantendrá húmedas durante tus vacaciones.
Cuando tengas que mantener vivas muchas macetas, tal vez lo mejor sea recurrir a un kit de riego semiautomático con depósito, que sería la versión profesional del ejemplo anterior. Estos suelen permitir el goteo en distintas macetas e incluso programar lo tiempos de riego y la cantidad de agua.
En el caso de jardines, siempre puedes instalar un sistema de riego por goteo, o bien recurrir puntualmente al hidrogel, ya sea en forma de tubos inyectores, cristales o perlas. Se trata de un polímero elástico compuesto principalmente por agua y nutrientes. Basta enterrarlos en el jardín siguiendo las instrucciones del fabricante para mantener la humedad necesaria durante el máximo tiempo permitido por este sistema. Otra opción es el kit de riego automático con programador de grifo: simplemente tendrás que instalarlo en la toma de agua exterior que tengas en tu jardín y dejar el grifo abierto, programando para indicarle al sistema cuánto y cuándo quieres que riegue.
Por último, en cuanto a lo que nunca debes hacer para regar las plantas en vacaciones, evita meterlas en un recipiente con agua o en la bañera y dejarlas en remojo: conseguirás que se pudran las raíces y que la planta muera. Tampoco es aconsejable encharcarlas (aunque sí puedes regarlas un poco más de lo habitual, pero sin pasarte), por el mismo motivo.