La araña violinista o de rincón es originaria de Sudamérica pero está perfectamente adaptada al clima mediterráneo. A España. podría llegar transportada por algún coleccionista o en un contenedor de mercancías. Pese a que puede ser letal, lo cierto es que no es fácil encontrarse con una y también es raro sufrir su picadura, pues se trata de un ejemplar poco agresivo que prefiere ocultarse en grietas y rincones y sólo ataca si no encuentra otra alternativa.
La araña violinista puede medir hasta 20 milímetros y su nombre proviene de la mancha que posee en el lado dorsal del tórax, muy similar a la forma de un violín. Es de color negro, pardo o ceniza, dependiendo del hábitat en el que se encuentre, y tiene tres pares de ojos, dos menos de los habituales en los arácnidos. Sus telarañas son pegajosas y de color blanquecino. Difícilmente se verán colgadas de árboles o paredes.
Esta especie es principalmente nocturna, y permanece especialmente activa en las noches calurosas de verano, mientras que por el día se oculta en rincones oscuros y lugares polvorientos, como librerías, armarios o la parte trasera de los cuadros. Cuando es sorprendida, reacciona con mucha rapidez y puede correr velozmente en busca de refugio, escabulléndose por diminutas rendijas e incluso llegando a saltar 10 centímetros de altura.
Por mucho que habitualmente solo ataque cuando se siente amenazada, su veneno es 15 veces más tóxico que el de una cobra, y diez veces más que el ácido sulfúrico, aunque no afecta de la misma forma a todo el mundo. En caso de sufrir su picadura, lo más recomendable es acudir con urgencia al hospital. Inmediatamente surge una sensación punzante seguida de un fuerte dolor e hinchazón en la zona. Es importante actuar con rapidez para evitar que el veneno se extienda. Se recomienda poner una bolsa de hielo sobre la picadura y mantenerse en reposo, además de mantener la herida limpia y evitar rascarse en la zona afectada.