Uno de los muebles más utilizados en cualquier casa es el sofá: pasamos largas horas en ellos y también comemos y bebemos a su alrededor. Por eso es normal que con el tiempo se acumulen manchas, suciedad y olores, sobre todo teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos la tela del sofá no se lava con tanta frecuencia como el resto de tejidos en casa. ¿Cómo limpiar un sofá de forma eficaz? ¿Qué productos utilizar para limpiar un sofá o una butaca?
Aunque es normal no limpiar los sofás de tela con demasiada frecuencia, sí es conveniente hacerlo al menos dos veces al año, aunque no presenten manchas. Es posible también llevar a cabo un mantenimiento usando accesorios apropiados en tu aspiradora que ayudarán a quitar el polvo y los ácaros que se acumulan con el uso, especialmente en recovecos y esquinas. Más si tienes mascotas.
Además, para mantenerlos limpios durante más tiempo y lograr que no se desgasten demasiado, puedes usar mantas, telas y demás tejidos que resten contacto entre la tela del sofá y sus usuarios: la suciedad se acumulará en mayor medida en estos textiles, que podrás lavar con más frecuencia y facilidad. Al comprar un sofá o butaca, no está de más considerar la posibilidad de que éste sea desenfundable: así podrás usar tu lavadora para limpiar en profundidad las fundas cada cierto tiempo y eliminar la suciedad de forma mucho más eficaz. Cuando lo hagas, sigue las instrucciones del fabricante y tiende las fundas alejadas del sol directo para no dañar su color.
En cuanto a la limpieza en el propio sofá, existen múltiples utensilios para hacerlo: vapor, productos de limpieza específicos para cada tipo de tela... Lo más importante es que, antes de aplicar ningún producto, aspires cada hueco de tu sofá o butaca para eliminar la suciedad principal. Así, solo quedarán las manchas concretas que quieras eliminar. Lo mejor es aspirar cada elemento por separado: cojines y base del sofá. Así no quedará rincón alguno sin visualizar.
No olvides la parte trasera: si está pegado a la pared, sepáralo e incide también en esta zona, ya que en ella puede acumularse mucho polvo que, de no ser eliminado, permanecerá en el ambiente. Lo mismo se aplica a patas y parte inferior del sofá: aunque sea engorroso mover un mueble tan pesado, ten en cuenta que si no lo haces la limpieza no será completa.
La mayoría de aspiradoras traen accesorios pensados específicamente para este tipo de limpieza, y es importante elegirlos bien antes de comenzar. Los que tienen forma de cepillo suelen ser respetuosos con las fibras. Otros, por ejemplo, con rodillos, pueden provocar enganches en la tela y dejar una marca difícil de revertir. Si no dispones de estos accesorios, simplemente usa la boquilla plana.
En cuanto a la eliminación de manchas en el sofá o butaca, cada caso es distinto y lo recomendable es seguir las instrucciones del fabricante para ese tejido concreto. Ante la duda, utiliza agua fría y un jabón neutro, y prueba con una zona no visible para asegurarte de que no estarás dañando el tejido o afectando a su color. Un remedio casero muy eficaz para las manchas complicadas es mezclar vinagre o zumo colado de limón con agua tibia y una cucharadita de bicarbonato y aplicar esta mezcla con un paño que no deje pelusas. Hazlo con movimientos circulares y repasa luego el resto del sofá con el mismo producto para que no se noten diferencias.
Otra solución (muy eficaz) es usar un aspirador a vapor o vaporeta. Es una herramienta perfecta para desinfectar y limpiar en profundidad, aunque puede que tengas que usar los trucos anteriores para eliminar manchas importantes en primer lugar.
En sofás de piel o sintéticos, la limpieza es bastante más sencilla: sigue las instrucciones del fabricante para cada caso específico.