Fertilizantes caseros para plantas: fabrica el tuyo
Consigue que tus plantas crezcan sanas y fuertes y da una segunda vida a tus residuos orgánicos con estos fertilizantes caseros
Si estás pensando en crear tu propio huerto casero o quieres que tus plantas crezcan más felices y robustas, te encantará saber que existen muchas maneras de fabricar fertilizantes orgánicos caseros sin gastar dinero y sin demasiado esfuerzo. Se trata de una forma perfecta de mantener el ciclo de utilidad de tus residuos orgánicos y conseguir un beneficio directo para tus plantas. ¿Qué residuos puedo usar como abono casero? ¿Cómo crear abono natural para tus plantas?
Abono natural casero: fertilizantes gratis y al alcance de tu mano
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Un fertilizante o abono servirá para alimentar a tus plantas y aportarles un extra de nutrientes que hará que crezcan mucho más fuertes y bonitas. Las plantas, al igual que las personas, pueden tomar esos nutrientes de los alimentos y materia orgánica que nos rodea y que tenemos a mano a diario. Descubre algunos de los abonos naturales más prácticos y económicos que puedes fabricar, tomados del blog especializado Ecoinventos:
- Enraizante natural con lentejas. Se dice que, antiguamente, para conseguir que un esqueje creciera con éxito, había que plantar lentejas alrededor suyo. Existe una explicación: en este proceso se generan auxinas, un elemento clave para estimular el crecimiento de las raíces. Lo podemos conseguir plantando lentejas en la misma maceta (y todos sabemos con qué facilidad crecen los brotes de lenteja). Si tuvieras problemas para que crezcan directamente en tierra, puedes colocarlas en un recipiente abierto con algodón humedecido hasta que comiencen a brotar.
- Té de plátano. El plátano supone un importante aporte de potasio, y las plantas necesitan este mineral para crecer mejor. Para ayudarlas a obtener este nutriente, simplemente hierve las cáscaras de plátano durante un rato y aplica esta infusión en forma de riego cada 15 días. Es muy común usar este poderoso té en época de floración.
- Fertilización con recortes de hierba. Si tienes la suerte de tener un jardín con césped, aprovecha la hierba recién cortada para enriquecer tus plantas. Ésta se descompone con rapidez y, dejándola reposar en agua durante un día o dos, conseguirás un abono perfecto. Una vez preparada la mezcla, añade una taza de ‘hierba líquida’ por cada 10 tazas de agua.
- Fertilización con granos de café. Los posos de café son un potente antioxidante para las plantas. Aprovéchalos y no los tires a la basura: son una gran fuente de nitrógeno para el suelo. Puedes agregarlos directamente, espolvoreándolos en tus macetas, o bien añadirlos a tu compost casero.
- Cascaras de huevo. Las cáscaras de huevo sirven como fertilizante y como repelente: basta con machacarlas o trocearlas y agregarlas a la tierra de tus macetas. Si quieres usarlas como barrera para orugas o caracoles, crea con ellas una barrera alrededor de la base de la planta.
- Hacer compost. Uno de los mejores fertilizantes que puedes utilizar es el compost casero. En este artículo te explicamos cómo hacerlo.