Los autorretratos y publicaciones de Olatz Vázquez, desde el inicio de la enfermedad hasta su muerte
La periodista y fotógrafa fallecida, Olatz Vázquez, contó durante un año su enfermedad en Twitter con toda crudeza
La periodista y fotógrafa Olatz Vázquez (Sopela, Vizcaya) sacudió Twitter con su historia y sus autorretratos a través de los que cuales, durante más de un año, ha ido mostrando toda la crudeza del cáncer que sufría.
Olatz falleció este viernes con sólo 27 años. Durante un año y medio estuvo escuchando de los médicos que no tenía nada grave a pesar de que cada vez se encontraba peor. Cuando por fin consiguió que un médico le mandase hacerse una gastroscopia, llegó la pandemia y la prueba se retrasó hasta el 9 de junio del año pasado. Fue entonces cuando supo que tenía cáncer gástrico en estadio IV con metástasis abdominal. Así contó su historia en las redes.
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"No perderás el cabello"
Olatz comienza desahogandose en Twitter con los primeros estragos de la quimioterapia en su cuerpo. "Con esta quimioterapia no perderás todo el cabello', me dijeron; pero no supieron decirme cuánto. No podía seguir viendo cómo mi pelo no paraba de caerse y de caerse. Así que ayer cogí una maquinilla y no dudé en quitármelo todo. Si algo me está dando el cáncer son momentos así", escribe un mes después de saber que está enferma.
Olatz es consciente de que su peor suerte es haber tenido cáncer en mitad de una pandemia. "Sé que parte de mi mala suerte viene de tener que haber vivido esta enfermedad grave en mitad de una pandemia. La covid-19 está ahí, pero el cáncer también, y un diagnóstico precoz es la mejor cura para esta enfermedad".
La periodista habla con la quimioterapia de tú a tú, como a una amiga. "Aquí mi amiga la quimioterapia y yo en uno de nuestros múltiples viajes al baño. Hoy es nuestra tercera cita. Nos quedan otras tres. De momento nuestra relación es buena".
Los meses pasan y su cuerpo cada vez se deteriora más y más. "El cáncer es mirarte en el espejo y no reconocerte. Es agarrar tu melena con todas tus fuerzas mientras ves que se cae, que se va. Es un cuerpo delgado, huesudo. Es un reservorio en el pecho que te molesta cuando te pones el cinturón de seguridad en el coche".
Aunque parece que en un principio la enfermedad remite, en noviembre del 2020 todo se descontrola. "Hola, quimioterapia. Ya no eres amiga. Vengo a decirte que me has decepcionado. Creía que ibas a hacer mucho más de lo que has hecho. Tras el primer TAC que decía que la enfermedad estaba controlada, confíe en ti. Pero ayer me dieron una mala noticia", escribe Olatz en un tuit. "No has hecho tu trabajo en estos tres últimos cilos, y eso me dolió; me dolió mucho. Me provocaste tres ataques de ansiedad y miles de lágrimas. No me lo esperaba. No lo vi venir, pero por suerte hay opciones: el plan B". Y añade sin perder la esperanza: "Empiezo otro tratamiento en unos días y espero que éste sea el adecuado, porque tú no lo has sido. Ahora toca salir del agujero en el que me metiste para seguir. Porque seguimos".
Pero la congoja y el miedo se apoderan de Olatz. "Permítete caer'. Esas fueron las palabras de mi oncólogo el pasado jueves. Y lo hice. Le hice caso. Después de cuatro días en los que mi cabeza necesitaba soltar toda la rabia y la frustración que llevaba dentro, vuelvo. Resiliencia lo llaman. O que no te queda otra también", escribe.
Tras tres tratamientos estándares fallidos, la fotógrafa comienza a participar en un ensayo clínico. Los días son cada vez más duros y Olatz se siente sin fuerzas. A su lado, Urko, su pareja, no le deja caer.
"He perdido el miedo a morir, y para mí eso ya es ganar", escribe el 9 de junio pasado, justo un año después de que le diagnosticaran cáncer.
Las secuelas de la enfermedad son cada vez más evidentes. "No me gusta mi cuerpo. Es muy delgado, huesudo, con picos salientes. Un torso con cuerdas de guitarra en mis costados. Un vientre inflamado. Cicatrices a los lados. Un botón a mi derecha. Dos hombros punzantes y brazos de cristal. Pero hoy prometo quererte un poco más", escribe a finales de junio.
El tratamiento experimental no ha funcionado. "Llevo días pensando cómo contaros que los resultados del TAC no han sido buenos y que este tratamiento termina aquí para mí. Ahora toca buscar otras opciones. No paramos", cuenta Olatz.
"Sigo aquí", escribe el 5 de agosto. "Por eso no me paso por los otros 'aquis'. Buscando estabilizarme. Buscando seguir. Buscando".
Faltaba un solo tuit para despedirse. Fue el 19 de agosto. En él adjuntó un texto que decía: "Hoy he andado por el pasillo media hora, ayer lo hice, mañana lo haré otra vez. Espero salir pronto a la calle en cuanto me quiten cada vez más cables que tengo colocados. Y así. Con paciencia. Y fe. No me preguntéis si estoy con tratamiento porque ahora mismo no. Dicho esto, siento no haber contestado antes, pero como comprenderéis necesitaba tiempo para asumir todo esto".