600.000 españoles reconocen que casi se han quedado dormidos al volante: cómo evitarlo
Pese a todo, los españoles somos los que más descansamos antes de viajar en Europa
Sólo un 6,6% ha iniciado un largo viaje después de salir de trabajar
Evitar comidas copiosas, beber agua y parar cada dos horas, armas contra la fatiga
Acostumbrados a estar a la cola en los ránking y con la autoestima a la baja, sobretodo respecto a los países del norte de Europa, el último informe de Race “Eurobarómetro de la Fatiga al Volante 2019’ nos da algunas alegrías. Los españoles somos los que más descansamos antes de hacer un viaje (78,6%), los segundos de Europa que más planificamos (83%) y entre los que más analizamos el día y la hora de salida para evitar retenciones.
Sólo un 6,6% ha iniciado un largo viaje después de salir de trabajar (frente a un 8,9% de media europea) y el 29,5% comparte los tiempos de conducción con otro pasajero (23,4% de media en Europa). Un 4,9% de los conductores en nuestro país reconoce haber tenido que detenerse a descansar o dormir al detectar síntomas graves de cansancio o somnolencia. Somos, pues, unos hacha a la hora de enfrentarnos a cualquier operación salida. Pero aún así, hay 600.000 españoles que reconocen que casi se han quedado dormidos al volante.
Porque la fatiga, la somnolencia, la deshidratación por calor y el consumo de alcohol son algunos de los riesgos volante que se acentúan en verano. Para evitar la aparición de la fatiga, hay que tener en cuenta que conocer los síntomas es la mejor forma de prevenirla. En los desplazamientos largos: parar al menos cada 2 horas, estirarse y aprovechar para beber un refresco, para mantener el tono físico y la capacidad de atención.
Los conductores italianos, franceses y británicos son los que presentan mayor riesgo de sufrir un siniestro por fatiga. Si tenemos en cuenta el perfil del conductor europeo accidentado por fatiga al volante, se trataría de un joven entre 18 a 24 años que, o no se detiene a descansar, o lo hace después de llevar más de 4 horas conduciendo, y cuando lo hace, para 5 minutos o menos. En general, los conductores europeos que declaran haber sufrido más accidentes, así como los que se quedan dormidos, tienen en común que no paran a descansar o lo hacen a partir de las 4 horas de conducción continuada, lo que establece una relación directa.
A partir de las dos horas de conducción continuada el riesgo de sufrir un siniestro vial aumenta un 12%. Los conductores europeos reconocen haber sentido síntomas de fatiga en sus desplazamientos: el 88% presentaba necesidad de moverse en el asiento, el 70% notaba pérdidas de concentración, un 66,5% sufrió calambres musculares o dolor de espalda, y el 60% somnolencia.
Más preocupante aún es el hecho de que hay quienes “siempre o casi siempre” siente esos síntomas en viajes largos: necesidad de moverse (25,7%), calambres (10,4%), sensación de brazos o pies dormidos (8,2%), picor de ojos y visión borrosa (7,8%), deshidratación (7,6%), somnolencia (6,6%). Sus consecuencias son una pérdida de atención y un aumento del tiempo de reacción ante un obstáculo de un 86%. Y un dato preocupante: la mitad de los conductores europeos admite haber sufrido episodios de sueño en un desplazamiento largo, y un 5,2% afirma que ha llegado a quedarse casi dormido mientras conducía.
Un menor descanso aumenta un 66% la agresividad
Los conductores de los países que declaran más accidentes por fatiga al volante, Italia, Francia y Reino Unido, son los mismos países que declaran sufrir en mayor medida los síntomas de la deshidratación. Por el contrario, los países con menos accidentes (Portugal y Austria) son los que menos síntomas de deshidratación sufren. Mantener una adecuada hidratación, especialmente en verano y en viajes largos, es muy importante. Estudios realizados por el RACE en el marco de esta campaña de prevención de la fatiga indican que un nivel bajo de hidratación y glucosa aumenta en un 66% la agresividad al volante provoca un 33% más de salidas de la vía y reduce la concentración en un 27%. Y a partir de las dos horas de conducción, nuestro tiempo de reacción se dobla, dejamos de ver cuatro de cada 10 señales y aumenta el error en la percepción de distancias y velocidades un 62%.
En España, el 47% de los desplazamientos largos son entre 200 – 300 km, seguido del 22% que hace entre 300 – 400 km, y un 15% más de 500 km. La media de kilómetros que se hace en España en estos desplazamientos es de 356 Km. Durante estos viajes el 56% de los conductores españoles no cumple la recomendación de parar a descansar cada 2 horas (en Europa el 57,2%). Un 3,8% del censo no paran, o lo hacen por encima de las 4 horas de viaje. En Europa este porcentaje alcanza el 11%, y se supera ampliamente en Alemania, Austria y Noruega, por encima del 15%.
España es el octavo país con menos muertos al volante por cada millón de habitantes, 39 muertos frente a los 51 de media en toda la zona europea. Suecia con 25 muertos por millón de habitantes, seguido del Reino Unido (27) y Dinamarca (32) presentan los mejores datos, los peores, Rumanía, con 99 muertos por millón, Bulgaria (89) y Croacia (80).
En líneas generales, el conductor europeo planifica los viajes de largo recorrido (77,1% siempre o casi siempre), descansa antes de salir (68,8%) y busca evitar la congestión en el tráfico (48,9%). Sin embargo, preocupa observar cómo el 26,8% intenta acortar el tiempo de viaje para llegar cuanto antes, el 9,2% ha tenido que parar a descansar por cansancio extremo al volante, o el 15,7% que ha sufrido un accidente por la fatiga. Por países, los habitantes de los países nórdicos son los menos previsores a la hora de realizar sus desplazamientos, mientras que Polonia, España y Portugal son los que planifican más su ruta.
A 3 de cada 4 españoles (72,8%) le compensa ir en su vehículo privado en estos desplazamientos incluso aunque suponga un mayor coste respecto a otras opciones, frente a la media europea del 66,4% También hay un porcentaje significativo de españoles, un 31,2% que cree que las plataformas de coche compartido son una buena opción para estos desplazamientos, porcentaje que sube hasta el 37% de media en Europa, destacando Italia, Francia y Noruega, que superan el 50%. Los españoles también están cada vez más concienciados con la protección medioambiental: casi el 50% afirma que le preocupa elegir opciones más sostenibles para sus desplazamientos (frente al 47% de media). Dos de cada cinco conductores europeos (43,6%) reconoce consumir alcohol y posteriormente haber conducido un vehículo, un dato que en España está en el mismo porcentaje. Por su parte, el 22% reconoce hacerlo en bastantes ocasiones, siendo Francia (33%) y Reino Unido (27,5%) los que tienen mayor porcentaje.
Los conductores italianos, franceses y británicos son los que presentan mayor riesgo de sufrir un siniestro por fatiga. Si tenemos en cuenta el perfil del conductor europeo accidentado por fatiga al volante, se trataría de un joven entre 18 a 24 años que, o no se detiene a descansar, o lo hace después de llevar más de 4 horas conduciendo, y cuando lo hace, para 5 minutos o menos. En general, los conductores europeos que declaran haber sufrido más accidentes, así como los que se quedan dormidos, tienen en común que no paran a descansar o lo hacen a partir de las 4 horas de conducción continuada, lo que establece una relación directa.