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Tras el paso de 'Filomena', el Gobierno insiste: el peligro no ha pasado, y después de las nevadas históricas llega una ola de frío por debajo de los 10 grados negativos. Con ello, llegarán las heladas y la nieve acumulada se convertirá en placas de hielo, que pueden llegar a ser muy peligrosas.
El consejo es claro: evitar salir de casa si no es necesario y evitar los desplazamientos, sobre todo en los vehículos. Pero el peligro no solo está en la carretera, andar también puede convertirse en un deporte de riesgo.
Si no podemos evitar desplazarnos, antes de salir de casa tenemos que abrigarnos bien con la ropa adecuada y no olvidarnos del calzado. Un calzado adecuado tiene que tener una suela de goma que se pueda agarrar bien, mejor olvidar las suelas de cuerpo planas. Por supuesto si tienes unas botas adecuadas para la nieve o para la montaña, utilízalas.
Si quieres estar aún más protegido, puedes ponerte cadenas en los zapatos, denominadas 'yaktrax', que cumplen la misma función que las cadenas de los coches, pero para tus pies. Así te agarrarás al suelo y será más complicado escurrirte y caerte.
Una vez que estás totalmente equipada, puedes salir, pero con mucho cuidado. A la hora de caminar, intenta no acercarte a zonas donde hay riesgo de desprendimiento y recuerda que además de nieve se pueden formar placas de hielo en tejados y árboles, que al caer pueden provocar un accidente. Desde la Guardia Civil piden desplazarse por el centro de la calle, para evitar las caídas de estos objetos.
Caminar por la nieve o el hielo no es una tarea fácil. Las placas de hielo son muy escurridizas, por lo que debes extremar la precaución. Uno de los trucos para evitar caídas es imitar a los pingüinos. Normalmente al caminar damos media zancada y el peso de nuestro cuerpo se divida entre las dos piernas, pero eso debemos evitarlo.
Nuestros pasos tienen que ser cortos y tenemos que caminar rectos, balanceándonos ligeramente hacia los lados, con los pies en horizontal. Imagina la imagen de un pingüino andando e imítalo, será tu mejor aliado.
Tras la nevadas puede salir un estupendo sol que nos haga olvidar el frío, pero no podemos olvidarnos de nuestro rostro: hay que protegerlo. La nieve es como un millón de espejos, rebota las radiaciones UVA del sol hacia tu cara y hacia tus ojos como una auténtica lámpara. Por ello, es importante utilizar crema solar, crema de labios y gafas de sol.