Cada persona ingiere unas 100.000 partículas de microplásticos al año. Ingerimos este material con algunos alimentos, que también están contaminados por los envases que los recubren. Charles Moore, quien descubrió la isla de plásticos, ha alertado de que “en nuestros cuerpos también hay plásticos”.
El capitán estadounidense e investigador marino documentó hace 20 años la existencia en el Océano Pacífico de una isla de plásticos de 1,8 billones de plásticos, con una superficie tan grande como la Península Ibérica. Ahora, 20 años después, sigue denunciando la “situación irreversible y permanente” que viven los mares.
Denuncia la plaga de los plásticos en el 29 Congreso anual de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos, donde ha apelado a una gran revolución mundial para cambiar la situación y ha avisado de que cada año mueren 1 millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos por ingerir pequeños fragmentos de plástico.
El investigador también ha dicho que en un futuro, “no tendremos solo islas, sino playas de plástico donde nos tumbaremos para tomar el sol”, porque los plásticos se deshacen en partículas tan pequeñas como granos de arena. Ha criticado el estilo de vida de las personas lamentando que “hay un gran porcentaje de la raza humana acostumbrada a ir de compras, a consumir sin límites, condicionada a querer más, cuando lo ideal es querer cada vez menos”.
El experto se ve “sin esperanzas”. Habrá que ver si se cumplen las teorías que sostienen que pronto no podremos lanzar satélites al espacio por la cantidad de desechos que hay orbitando en torno a la tierra. Ojalá que no.