La pandemia de coronavirus ha hecho estragos también en la economía de muchas familias que han perdido sus empleos y sus negocios. Aún más de un año después de que golpease al mundo, muchos continúan esperando en las denominadas colas del hambre alimentos de primera necesidad.
Muchos de los que hacen cola en la Fundación Altius llevan pocos meses, desde que empezó la pandemia. Alexis se quedó sin trabajo y ahora vive con su familia de cuatro miembros y pagan 600 de alquiler, pero hace poco estuvieron a punto de echarles del piso por no poder pagar el alquiler. Para ellos, la cesta es "de gran ayuda".
La mayoría son gente de clase media y baja que perdieron el empleo y que ahora necesitan esta ayuda de alimentos y productos de primera necesidad. Una ayuda del banco de alimentos abierto, pese a ser agosto.
Nahuel Olivieri, responsable del reparto de alimentos de la fundación Altius, señala que "son gente que antes e la pandemia era gente que vivía como tú o como yo, que tenían un bar o que llevaba muchos años e iba muy cómodo", añadiendo que su ayuda llegaba antes "a unas 40 familias al día y ahora vienen unas 165 familias".
Rafael Pavón, jefe de almacén del banco de alimentos de San Fernando, añade: "Estamos porque las entidades nos lo pedían, nos lo estaban reclamando" porque son más de 500 entidades madrileñas las que dependen de estos almacenes.
Más de 500 entidades madrileñas dependen de estos almacenes a unos 190 000 ciudadanos que se quedan sin vacaciones.