Un año de prisión preventiva ha sido suficiente para que la jueza de Instrucción nº2 de La Línea de la Concepción deja libres a los hermanos Tejón, los jefes del clan de los Castañas. La mujer se “apiadado” de ellos porque falta mucho para su juicio por narcotráfico y blanqueo de capitales. Curiosamente cuando fueron encarcelados los argumentos fueron los contrarios. Ahora la instructora habla de complejidad de la causa y del número de tomos que integran el sumario, para justificar su decisión de libertad. Por supuesto hay más argumentos para la crítica de los policías que tanto sudaron para apresarlos.
No aprecia riesgo de fuga. Increíble pero cierto. Se le olvida que Antonio Tejón y su hermano Francisco huyeron a Marruecos en una narcolancha cuando la policía dio el golpe contra la organización. Una macroperación policial con 30 detenciones que no culminó porque Antonio Tejón recibió un soplo. En Marruecos, Antonio fue apresado, con tanta fortuna que el día que tenía que haber sido extraditado, quedó en libertad. Escondido llegó a recibir visitas allí, en concreto la de su mujer. Pero la fama que le precedía se cumplió. Y Tejón se atrevió a cruzar a España, a su fortín en la Atunara, para visitar a otra de sus novias. Le esperaban los agentes que tantas ganas le tenían. Y en otra operación complicadísima, el líder de los castañas, cayó.
Su hermano se quedó al frente del negocio y retó a la policía con un videoclip que se hizo viral. Participaba con una artista cubano amigo suyo. En tres días ya llevaba cerca de 50.000 visualizaciones. La policía examinó el vídeo con lupa. Se percató de que estaba grabado en la Atunara. Le acorralaron y Isco intentó un pacto con la Fiscalía parecido al que había escuchado que se había pactado con otro fugado, el Messi del hachís. Se entregó pero la Fiscalía no aceptó. La operación se desarrolló al lado de un bar de La Atunara, en una de sus casas donde había estado refugiado.
Esa noche no necesitó el casco que había utilizado hasta entonces para salir de sus escondites. Dormía cada día en una casa. Llevaba maleta, pero la policía le dijo que no hacía falta porque no iba a un hotel. Isco en tono humilde pidió perdón por las imágenes del videoclip. Había sido una estupidez que solo había logrado alimentar el ansia de los policías por agarrarlo. Lo que era un reto profesional se convirtió en algo personal. Para el último castañas se trataba de dejarse ver en sus calles, y decirle a su gente, que el clan seguía en pie. Desde la detención de su hermano su reputación estaba por los suelos. No soportó la presión de ser jefe de un clan tan importante, el más importante de los últimos años, el clan que se atrevía con todo, incluso a liberar a uno de sus miembros de un hospital.
Al estar encarcelados los dos hermanos, la actividad de los alijos había disminuido considerablemente. Los policías explican que estaban trabajando en las propiedades procedentes de la droga. El patrimonio. Pero la jueza tiene otra visión. Les ha impuesto una fianza de 200.000 euros a Antonio y 120.000 a Isco porque tuvo muy buena voluntad cuando se entregó, dice. El auto habla de una cantidad ajustada a su capacidad económica y a su patrimonio. Como un chalet de lujo intervenido por la policía en el que vivía una de sus mujeres. O sus narcolanchas, o sus Porche, o su BMW. Se les calcula una fortuna de más de 60 millones de euros procedente de la droga que podrían estar enterrados en zulos. La Fiscalía ha recurrido la libertad porque no se fía aunque se les haya retirado el pasaporte y tienen que presentarse en el juzgado dos días por semana. De momento solo está libre Isco porque su hermano tiene otra causa pendiente, y en esa, el juzgado no ha considerado “excesiva” la prisión preventiva.