Con varias provincias en alerta por frío y nieve, conviene recordar algunos consejos de la DGT para circular en estos días con las calzadas blancas o congeladas. Un dato, un coche a 20 km/h por una calzada con nieve necesita mucha más distancia para detenerse que a 140 km/h en seco.
Para detectar y superar con éxito una placa de hielo, la Dirección General de Tráfico recuerda que hay que estar pendiente de la temperatura exterior. Si el vehículo lleva termómetro nos avisará si la temperatura baja a niveles de helada (por debajo de 3ºC).
Salvo excepciones, no encontraremos nunca una carretera completamente helada, sino placas de hielo de forma imprevista por lo que conviene circular en marchas largas y con más cuidado en umbrías y puentes.
Hay que prestar especial atención a la calzada: cuanto más brille el asfalto, más posibilidades de que haya placas de hielo. Si pisamos una, el coche perderá adherencia y momentáneamente el control. Lo más adecuado e importante es levantar el pie del acelerador, no frenar y mantener firmes las manos en el volante. Sobre hielo, los neumáticos (salvo los de invierno) tienen cero adherencia: frenar, acelerar o girar el volante sería incluso peor.
Si nieva y cuaja, la recomendación es seguir las roderas de otros vehículos y no salirnos de ellas, ya que las ruedas perderían adherencia y con ello nosotros, el control del coche. Sin neumáticos de invierno o sin cadenas, lo más prudente sería detenernos en un área de servicio o buscar un sitio seguro y esperar a que deje de nevar o a que las quitanieves despejen la vía. Con todo y con eso, las maniobras deben ser suaves y hay que minimizar la presión sobre el pedal de freno.
Y recuerda mantener una distancia de seguridad con el coche de delante de al menos 20 metros. Cuanto más lejos veamos el coche, más seguros iremos. Un coche a 20 km/h por una calzada con nieve necesita mucha más distancia para detenerse que a 140 km/h en seco, según recogen webs especializadas. Además, si no mantenemos la distancia de seguridad es más fácil que nos quedemos atrapados. Si circulas en grupo en algún momento es fácil que haya que frenar para no chocar. Reiniciar la marcha sobre el hielo es casi imposible.