La Guardia Urbana de Barcelona ha tenido que cerrar el acceso a cinco de las playas de la capital catalana ante una afluencia masiva de bañistas después de comer el sábado, han informado a Efe fuentes municipales.
Aunque por la mañana el número de bañistas ha sido menor que el de un sábado habitual de verano, esta tarde la afluencia ha obligado a que los agentes cerrarán a las 17:30 horas las playas de la Mar Bella, Bogatell, Barceloneta, Sant Sebastià y Nova Icaria.
Los agentes han impedido el acceso a más personas porque no se podían mantener las distancias de seguridad hasta que con la caída de la tarde las playas se han ido despejando.
Por la noche es habitual que cientos de jóvenes aprovechen las playas de Barcelona para celebrar reuniones y hacer botellón, aunque el Ayuntamiento de la ciudad no ha informado de si, con las nuevas normas restrictivas para contener los contagios de coronavirus, prohibirá el acceso a las playas en esas horas.
Esto ocurre solo un día después de que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, apelase a la responsabilidad de los ciudadanos en Barcelona para evitar que el Gobierno tenga que tomar medidas "más drásticas" que las que se están tomando las comunidades autónomas en las zonas con brotes de COVID-19.
Illa avisó de que si la transmisión del virus se descontrola y afecte a varias comunidades autónomas, el Gobierno podría poner en marcha medidas a nivel nacional. "No estamos en este escenario, los brotes están siendo controlados con las herramientas de las que disponen las comunidades autónomas, pero no descartamos nada", recalcó.
El Govern, por su parte, optó por la voluntariedad y recomendó a unos 4 millones de personas que no saliesen de casa, excepto para ir a trabajar y hacer las compras imprescindibles. Pero la imagen de las playas y los chiringuitos llenos deja ver que no todos lo han hecho, si bien es cierto que esto no está prohibido.
El viernes las conselleras de Presidencia, Meritxell Budó, y de Salud, Alba Vergés, y el de Interior, Miquel Buch anunciaron medidas de contención en el marco del Procicat que pretende restringir movimientos y vida social a la mitad de los catalanes.
En concreto, las medidas propuestas afectan a unos 4 millones de personas en los municipios de la primera corona metropolitana de Barcelona: la capital catalana, Viladecans, El Prat de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Boi de Llobregat, Cornellà, Sant Just Desvern, Esplugues de Llobregat, L'Hospitalet, Montcada i Reixac, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs y Badalona, tras haberse triplicado los casos de COVID-19 en Barcelona y su área metropolitana y de las comarcas leridanas del Segrià y la Noguera.
La recomendación pasa por salir solo para trabajar; ir a centros de salud; cuidar de personas mayores, niños, discapacitados y dependientes; para comprar productos básicos; para comprar en establecimientos con cita previa; acudir a entidades financieras, realizar acciones judiciales o notariales, exámenes y mudanzas; practicar deporte con el núcleo de convivencia habitual; ir a huertos familiares de autoconsumo; y por causas de fuerza mayor.
En el caso de la hostelería y la restauración, se permite ofrecer el servicio en el interior de los establecimientos al 50 % de la capacidad, y en las terrazas con espacio de dos metros de distancia, aunque la preferencia es hacer comida para llevar.
Sin embargo, sí se mantienen los casales y colonias de verano, ha explicado la consellera, al considerar que se debe favorecer la conciliación, para que los derechos de los niños no queden afectados y porque estas actividades tienen sus propios planes de seguridad, que deberán seguir "sin distracciones", ha añadido.
También se mantienen abiertas las bibliotecas y los museos por el mismo motivo, al tener sus propios planes de contingencia aprobados por el Procicat, pero no podrán abrir cines ni teatros y tampoco los locales de ocio nocturno.
Además, destaca la prohibición de reuniones de más de 10 personas en el ámbito público y privado, aunque esta restricción no se aplica a las actividades laborales ni al transporte público. También está prohibido acudir a residencias de ancianos.
Respecto a las actividades deportivas, se recomienda que se hagan de forma individual o con las personas con las que se convive, y las playas no se prohíben directamente, como casi todo el resto de medidas, pero Vergés ha considerado que son "prescindibles".