"Pensar antes de publicar": el consejo básico para los menores en la Red

Informativos Telecinco 18/11/2018 08:30

“Una de las primeras cosas que quiere hacer es hacerse un perfil en las redes sociales que tienen sus amigos. Decide hacerse unas cuantas fotos divertidas y atrevidas, y publicarlas en sus perfiles: no quiere seguir siendo una niña pequeña. Unas semanas después, le llega un rumor en el Instituto: dicen que una de sus fotos más “atrevidas”, en las que salía en bikini, está circulando por ahí. Después comprueba que es cierto, su foto está en otras páginas de Internet, grupos de WhatsApp, ¡e incluso impresas en papel colgadas por el instituto!

Laura se siente humillada, no dejan de difundir las imágenes y llegarle comentarios ofensivos al respecto. La situación está descontrolada. Laura nunca pensó que pudieran hacerle esto, y ahora se arrepiente de no haberlo pensado bien antes de publicar esas imágenes. Está intentando eliminar esos contenidos, pero no es fácil, ya lo tiene todo el instituto”.

Este ejemplo, que podemos encontrar en la página de Internet Segura For Kids (IS4K), del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), es uno de los casos que pueden darse con los menores y su uso de Internet. Y no es un caso atípico, es un caso “basado en hechos reales”, como explica Manuel Rasán, coordinador de esta página “a disposición de padres, madres y educadores para prevenir y concienciar en temas relacionados con el uso seguro y responsable de Internet”.

Los riesgos que motivan las consultas relacionadas con IS4K están muy ligadas al entorno del hogar y los temas que más se publican en los medios, como el uso excesivo de Internet y los dispositivos y cómo realizar una supervisión de los mismos (lo que llamamos mediación parental), por un lado, y del ciberacoso o ciberbullying, como principal temática de riesgo. Además, a lo largo de 2018 en IS4K han detectado un incremento del comportamientos de riesgo como el ciberbullying, el sexting o el grooming.

Por qué no debemos usar la expresión 'nativos digitales'

Cuando pensamos en menores en Internet a menudo utilizamos la expresión ‘nativos digitales’ para referirnos a aquellos niños y niñas que han nacido rodeados de las nuevas tecnologías. Pero Rasán subraya que no debemos hablar de ‘nativos digitales’, un término “inapropiado” desde el punto de vista de los profesionales de la promoción del uso seguro y responsable porque “da a entender que los chavales han nacido con una serie de habilidades para manejarse mejor en Internet” y da una “falsa idea”.

“Es cierto que aprenden más rápido. No tienen que desaprender – como personas con más edad-, ellos parten de cero y su cerebro es más ágil para aprender nuevos conceptos y mecanismos”, explica Rasán, pero “el hecho de que ellos sepan utilizarlas a nivel instrumental no tiene nada que ver con que ellos sepan entender la complejidad y las implicaciones que conlleva acceder a determinados contenidos, publicación de información, cómo se va a interpretar eso, las implicaciones que puede tener”.

Además, destaca, las aplicaciones son cada vez más sencillas de usar, de hecho, los “mejores ingenieros del mundo” se dedican a desarrollar “estas interfaces, estas aplicaciones y redes sociales”, pero eso no significa que los menores tengan habilidades innatas al respecto.

Los riesgos y las tres 'C'

El coordinador de IS4K indica que los riesgos a los que se exponen los menores pueden agruparse en tres bloques, las tres ‘C’:

  1. Contenidos inapropiados para su edad (violencia, pornografía, discursos de odio, comunidad peligrosa (páginas probulimia, proanorexia, autolesiones, retos virales –ballena azul, Momo-, bulos, leyendas urbanas. Impacto emocional y para su desarrollo futuro.
  2. uso excesivo de Internet: acaban afectándoles a nivel emocional, social, se quedan más aislados. O que al usuarlo excesivamente, tengan necesidad de continuidad, de recibir feedback.
  3. Contactos peligrosos. Ciberbullying, trolls, haters, intolerancia en la red.

Pensamiento crítico como prevención

Una mala gestión de la información personal puede acarrear consecuencias graves e imprevistas por los menores. Pero, ¿qué hacer para que esto no se produzca?

La prevención siempre comienza fomentando una comunicación sana con los menores y haciéndoles partícipes de los riesgos a los que se enfrentan al administrar su información personal en Internet. Para ello, es fundamental aprender a diferenciar qué tipo de contenidos pueden ser públicos y cuáles deberíamos mantener en privado.

Fomentar este pensamiento crítico no sólo incluye pensar en la propia privacidad, sino también en la de los demás. De ahí que sea necesario fomentar que, a la hora de compartir información sobre otras personas, sea necesario pedir permiso y guardar su intimidad.

Para Rasán, “es muy útil pensar antes de publicar, aunque sea 10 segundos: ¿alguien puede utilizar esto en mi contra? ¿Puede dañar mi imagen en el futuro?” Antes de compartir contenido, la reflexión sobre qué pensará quien lo vea, cómo lo podrá utilizar y qué posibles consecuencias podría tener, tanto en el presente como en el futuro puede evitar muchos problemas en el futuro.

“Es importante que desarrollen un espíritu crítico, que se cuestionen las cosas para que no se dejen engañar. Es muy fácil decirlo, pero ahí es donde llega la parte del padre: enseñándole a contrastar la información, a buscar en otras fuentes, a que pregunte a sus padres, amigos, educadores, que considere la reputación de las páginas también”, explica el experto en seguridad en Internet. “Queda mucho a nivel de promover la cultura de Internet y promover el uso seguro y responsable en las familias para que esto acabe llegando a los chavales”, añade.

El primer móvil, ¿a qué edad?

En este sentido, muchos padres se preguntan a qué edad es recomendable que los menores tengan su primer móvil. Rasán opina que “cuando el chaval esté preparado” y añade que eso no suele suceder antes de los 14 años, aunque legalmente para conectarse a un servicio deben ser mayores de 13 o, si es menor, deben ser los padres o tutores los que deben dar el consentimiento.

Algunos van más lejos, como la Asociación Americana de Pediatría y Canadian Pediatric Sociaty, que recomiendan nada de pantallas hasta los 2 años “porque empieza a haber evidencias científicas que tienen efectos sobre el desarrollo del lenguaje, el desarrollo de la atención. Nada de nada hasta los 2 años. Luego, hacerlo muy progresivo”, explica Rasán, que aconseja sentido común a la hora de que los más pequeños vean los dibujos o los vídeos en la televisión o tablets.

Como se explica en la página de IS4K, “es importante tener en cuenta que muchas de las reflexiones, dudas o miedos respecto a la experiencia digital de los más pequeños surgen cuando dejamos a nuestros hijos en el colegio, o dentro de la función educativa en el caso de los profesores. Si hablamos de los menores y las situaciones de riesgo a las que se enfrentan, es durante el tiempo fuera del centro escolar, así como durante el fin de semana, cuando surgen las dudas y los conflictos”.

Línea de ayuda

En la línea de ayuda para menores y ciberseguridad del organismo (900 116 117), se han detectado más llamadas de mujeres para realizar consultas sobre el ámbito familiar, y sobre todo en las horas centrales de la mañana y a principios de semana.

Respecto a las diferencias entre adultos y menores, desde IS4K destacan que los padres están preocupados por lo que observan en casa (uso excesivo de Internet) y por cómo abordar la mediación parental, mientras que los menores presentan mayor diversidad de motivos ligados a conductas de riesgo y sus consecuencias (ciberacoso, sexting, comunidades peligrosas, contenidos perjudiciales o violentos, etc.) para aplicar pautas para ser más cuidadosos con su privacidad y proteger sus dispositivos. Los educadores y profesionales, por su parte, contactan especialmente para solicitar información sobre programas e iniciativas de concienciación y formación, así como pautas para afrontar determinadas situaciones de riesgo en el entorno escolar.

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