Su despido ha sido fulminante. Un profesor asociado del grado de Medios Audiovisuales del centro universitario TecnoCampus de Mataró (Maresme) dependiente de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) ha sido acusado por nueve alumnas de acoso sexual. La denuncia de una de ellas ha destapado muchos otros casos que se llevaban repitiendo desde 2014.
Una de las chicas afectadas, que prefiere mantener el anonimato y ha actuado como portavoz del grupo de denunciantes, ha explicado que en el chat de las clases virtuales el profesor mantenía conversaciones privadas con ella con expresiones como "quién fuera collar" cuando ella lo tenía en la boca durante una clase. También le pidió que se pusiese unos pantalones determinados para un examen presencial, la invitó a tomar una copa de vino y le pidió su número privado y le hizo comentarios como "¿es tu novio?, no importa, no soy celoso" al referirse a una fotografía en la que la chica aparecía con un amigo.
Los hechos empezaron el pasado mes de diciembre y "al principio parecía raro", pero el perfil del profesor "te confunde" porque "es muy simpático y enrollado, cercano a los alumnos", ha afirmado la afectada. La alumna comunicó lo ocurrido a la delegada de curso que se puso en contacto con sus homólogas de otros cursos y encontraron a más estudiantes afectadas, todas ellas con patrones parecidos de conducta por parte del profesor.
Los episodios ocurrieron en diferentes momentos y entre alumnas de cursos distintos que no se conocían entre ellas, según la portavoz, quien ha añadido que "hemos llegado a tener constancia de casos desde 2014, pese a que no aparecen en la denuncia". En uno de los casos, una de las alumnas ha afirmado que mantuvo una relación "breve pero más allá de las aulas con el docente" y que el acoso se agravó cuando intentó "poner distancia entre nosotros".
La estudiante ha aportado documentación en paralelo a la denuncia colectiva, a la que ha accedido Efe, y en la que, ante el silencio de la chica, el profesor escribió: "te obligaré a hacer lo que yo quiera", "me pone la violencia controlada", "¿te pone, zorra?", "pídemelo, obedece" o "eres mi esclava".
En la documentación aportada también se puede leer cómo el docente se refirió en conversaciones con otros alumnos de la universidad con expresiones como "el día de la graduación suelo ponerme muy cachondo con vuestros modelitos" o "podemos hacer orgías". "Que me pongan cachondo, dos o tres en clase", "las empotraría, son 3 que me follaría con dureza", "sabes que a ti te reventaría si pudiera", son otros los mensajes recogidos por las alumnas.
Las jóvenes también han señalado que, pese a que los hechos denunciados empezaron en diciembre pasado, tienen constancia de que en octubre un grupo de seis alumnas de segundo curso acudieron a una profesora explicando el comportamiento "extraño" del profesor, pero sin aportar detalles, y que, pese a la advertencia de la profesora que "no conocía la magnitud de los actos", el profesor "siguió actuando".
El modus operandi del profesor comenzaba con unos mensajes. Abría conversaciones privadas con algunas alumnas y comenzaba la pesadilla. Algunos de los alumnos eran conscientes de algunos comentarios fuera de lugar como "tapate" o "qué fresca vas". Una de las alumnas cree que estamos ante un depredador sexual que es incapaz de frenar ese deseo sexual que tiene, porque actúa con varias chicas a la vez". Los alumnos son críticos con las actuaciones del profesor en declaraciones a Informativos Telecinco, "a mi me parece muy feo la verdad, las clases están para dar clases y los alumnos para aprender y ya está". Otros consideran que el despido es perfecto, "poco me parece".
Las estudiantes decidieron acudir a la Unidad de Igualdad, que el Tecnocampus creó en 2011 en el marco del Plan de Igualdad y que ha instruido con este caso su primer expediente. El director de Recursos Humanos del Tecnocampus -centro con entidad jurídica propia adscrito a la Universidad Pompeu Fabra - Xavier Vives, ha confirmado a Efe el despido del profesor por unos hechos "muy graves e inapropiados", lo que ha llevado a "imponer la sanción máxima de despido sin indemnización".
Por su parte, el profesor denunciado ha explicado a Efe que ha interpuesto una demanda por despido improcedente y ha circunscrito la situación a "un conflicto laboral" en el que Tecnocampus ha considerado que "mi actuación, ante la queja de las alumnas, sobrepasa su código ético". El representante legal del profesor, el abogado Eloi Serra, ha añadido que su defendido "rechaza todas las acusaciones" vertidas por las chicas y para ello se ha amparado en la "dilatada experiencia docente del profesor".
Al haber activado por primera vez el protocolo contra el acoso, "hemos detectado alguna laguna que se revisará", ha reconocido el director de Recursos Humanos, que se ha mostrado "satisfecho" de la "celeridad y contundencia con que la que ha reaccionado la universidad" ya que "hemos hecho lo que teníamos que hacer". Las estudiantes, que han valorado positivamente la actuación del TecnoCampus y la ayuda recibida, han afirmado que el objetivo de la denuncia ha sido "frenar la situación" y "ayudar a que no haya más víctimas" ante la "certeza de que el profesor ejerce la docencia en otras instituciones" y "está buscando empleo como docente en más lugares".
En los últimos dos años, las universidades catalanas han recibido cerca de 100 denuncias por acoso y esta se produce tras la reciente de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), donde un grupo de alumnas denunciaron a un profesor de Veterinaria por presuntas agresiones y acoso, y a otras de los últimos meses, como las que afectaron a un profesor del Institut del Teatre de Barcelona o a un ex profesor del Aula Municipal de Teatre de Lleida, acusado de presuntos abusos a decenas de alumnas menores de edad.