La cerveza es la bebida alcohólica más consumida en el mundo y su ingrediente principal, la cebada, es particularmente sensible a los fenómenos meteorológicos extremos. Ahora, y gracias a un estudio publicado en el último número de la revista Nature Plants, se ha conocido cómo afectará el cambio climático a la producción de esta bebida.
El trabajo, llevado a cabo por un equipo internacional liderado por las universidades de Pekín y de California, Irvine (UCI), indica que la producción de cebada disminuirá sustancialmente a medida que las sequías severas y el calor extremo se vuelvan más frecuentes por el calentamiento global.
Según explica Steven Davis, profesor de investigación en Ciencias de la Tierra de la UCI y coautor del trabajo, el equipo modeló escenarios basados en los niveles actuales y futuros previstos de quema de combustibles fósiles y emisiones de dióxido de carbono.
Sequías y olas de calor, cada vez más frecuentes
Davis destaca que "en el peor de los casos, se prevé que las partes del mundo donde se cultiva cebada, incluidas las grandes planicies del norte, las praderas canadienses, Europa, Australia y la estepa asiática, experimentarán sequías y olas de calor más frecuentes, lo que provocará una disminución en los rendimientos de los cultivos entre el 3% al 17%".
Los autores subrayan que incluso un calentamiento moderado conducirá a un aumento de la sequía y eventos de calor excesivo en las áreas de cultivo de cebada. Sólo el 17% de la cebada del mundo se utiliza en la elaboración de la cerveza. De hecho, la mayoría se cosecha como alimento para el ganado. De acuerdo con los modelos, la disminución de la producción de cebada dará como resultado que se priorice su uso para el consumo animal.
Todo ello, comentan los investigadores, se traducirá en una disminución en el consumo de esa bebida y su encarecimiento. Uno de los países más cerveceros y que se vería, por tanto, más afectado es Irlanda, donde los precios podrían aumentar entre un 43% y un 338% en 2099 en el escenario climático más grave.
Davis dice que “el mundo se enfrenta a muchos impactos del cambio climático que podrán en peligro la vida de la gente, así que una menor producción de cerveza y su consiguiente encarecimiento pueden parecer triviales. Pero –añade– “la cerveza es una bebida muy popular en el mundo y el hecho de que pueda resultar difícil beberse una pinta fresca al final de un día caluroso, algo que será cada vez más común, simplemente añade insulto al agravio”, concluye".