En el caso de la muerte del joven extremeño Pablo Sierra, la autopsia confirmaría la tesis que barajaban los investigadores, que su muerte fue accidental. El estudiante de 21 años hallado en el río Guadiana tras dos semanas de búsqueda, murió de forma accidental, según todos los indicios.
Además, según ha publicado el diario extremeño 'Hoy', "la autopsia practicada al cuerpo de Pablo Sierra refuerza la principal línea de investigación que maneja la Policía Nacional de que su muerte fue un 'fatal accidente'".
La Policía ya trabajaba con esa hipótesis desde hace varios días tras analizar las imágenes de decenas de cámaras, tomar declaración a su entorno y a otras personas, y confirmar que la sangre hallada en su móvil era suya.
Ni rastro de terceras personas. El inspector jefe responsable del caso, Chema Rodríguez, se ha referido a un "fatal accidente".
El joven que estuvo tomando copas con unos amigos en el casco antiguo de Badajoz pudo confundirse de camino y en lugar de ir hacia su residencia universitaria se trasladó hasta una zona apartada del río.
Según varias fuentes, llevaba su documentación, lo que también descarta que le robaran y afianza la teoría del accidente.
La pérdida fortuita del móvil y que tuviera sangre de la víctima hacen pensar que se cayó una o varias veces antes.
No cogió ningún taxi ni autobús, sino que salió a pie y, probablemente, confundido o mareado, se dirigió hacia el río con el fatal desenlace ya conocido.