El coche como un elemento más de fiesta: ocho de cada diez menores de 25 años ve fácil matarse al volante
Salamanca, Redondela, el caso Reyes... las tragedias se suceden: cómo ponerle freno
Una de cada dos muertes entre los menores de 30 años se debe a la carretera
Un joven de 18 años tiene cuatro veces más posibilidades de morir que uno de 35
30 de mayo de 2019. Un fatal accidente de tráfico en Vigo, en Pontevedra, en la carretera en la AP-9 a la altura de Torres de Padín sume en el dolor al pueblo de Redondela. Tres jóvenes de entre 17 y 19 años fallecen. El exceso de velocidad es la causa. Se acababan de graduar.
Alejandro se encontraba al volante cuando se produjo el accidente que acabó con la vida de cuatro de sus amigos el pasado domingo. Tenían entre 17 y 20 años. El turismo, en el que viajaban seis jóvenes (y no cinco), se salía de la carretera en la DSA-130 (antigua CV-40) a las afueras de Galisancho (Salamanca). En este caso, el conductor dio positivo en alcohol y drogas, concretamente, cocaína y anfetaminas. Con el caso Reyes aún en la memoria de todos son solo algunas de las tragedias que se narran a diario en los medios. Gente joven que pierde la vida al volante con el exceso de velocidad, las drogas, el alcohol, las distracciones y la imprudencia como causas más comunes.
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Luís Montoro González, catedrático de Seguridad Vial en la Universidad de Valencia, presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL) y director del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) entre 1995-2008 ha dedicado gran parte de su vida al análisis de la seguridad en las carreteras, no en vano cuenta con más de 35 libros publicados en el campo de la Seguridad Vial analiza para Informativos Telecinco las causas de esta lacra social y cómo evitarla en base a estadísticas y métodos que funcionan en otros países, aunque el carnet por puntos en España haya sido, pese a todo, un éxito.
Una de cada dos menores de 30 años muere por culpa de la carretera
Los titulares y las lágrimas pasan, pero los datos quedan. Y asustan. Cada hora, mueren en el mundo en accidente de tráfico más de 50 jóvenes menores de 29 años. En la UE de los 26.000 muertos anuales, unos 7.000, -es decir más del 25%- tenían menos de 30 años.
En España, desde el año 2000, han muerto unos 17.000 jóvenes y 500.000 han resultado heridos de cierta gravedad en las carreteras. Es la mayor causa de muerte en esta franja de edad: una de cada dos. Y sí, hay brecha de género al volante. Ellos tienen cuatro veces más posibilidades de morir que ellas. El drama arroja otra realidad. La edad mata en la carretera. Un joven de 18 años tiene cuatro veces más posibilidades de morir que uno de 35. De hecho, la mitad de los accidentes los provoca la gente de esta edad. Ocho de cada diez menores de 25 cree que es fácil, ojo, fácil, morir en un accidente de tráfico, aunque lo que más temen es quedarse inválidos.
Lo mejor para evitar más casos como los que se relataban al comienzo de este artículo es conocer cómo se producen los accidentes de tráfico entre los jóvenes. Los fines de semana, los veranos y diciembres, la noche, y más concretamente entre las seis y las nueve de la mañana son el punto negro. Y contra lo que se pueda pensar, no es el primer año al volante el más temible, sino el segundo y tercero porque el joven ya cree dominar el coche. De hecho, en otros países de Europa a los jóvenes de estas edades se les hace un curso especial al segundo o tercer año de carnet. Porque cuando se quita la L se eliminan muchas precauciones.
El coche es un elemento más de la fiesta cuando se va con amigos
Los expertos tienen claro que los fines de semana, con amigos y en un día de fiesta, el coche deja de ser un transporte, y se convierte en un elemento más de la fiesta. Es entonces cuando el nivel de percepción del riesgo cae. El joven conductor quiere demostrar que domina, las cualidades de su coche y corre riesgos. Es lo contrario de lo que ocurre con la gente mayor, cuyos accidentes han repuntado como pocos este año, que es menos prevenida cuando va sola.
La realidad que parece que no acabamos de entender es que se conduce como se vive. Los jóvenes ahora son más competitivos, más exhibicionistas, más amantes del riesgo, más buscadores de emociones. Esto lógicamente tiene su derivación y su reflejo en la forma de conducir. La realidad es que los jóvenes tienen una gran necesidad de autoafirmación y sobrevaloran mucho su capacidad como conductores.
Y sí, esto provoca que infravaloren los efectos del alcohol, las drogas y la velocidad cuando conducen. Piensan que controlan y nunca se les pasa por la cabeza la muerte cuando se ponen a los mandos de un coche, aunque luego ya fuera del coche sí la vean más que real.
Las drogas al volante se han duplicado en diez años
En relación con las drogas al volante los casos se ha duplicado en los diez últimos años (el 20% de los muertos llevaba en sangre alguna droga, especialmente cannabis y cocaína). A esto hay que añadir un nuevo truco para saltarse los controles: se transmiten por el móvil. Y, aunque la sociedad piense lo contrario, el riesgo percibido de un control en España es muy bajo, en comparación con los otros países de Europa del norte. Aquí la media es sufrir un control de drogas-alcohol cada siete años. Allí, mínimo uno al mes.
Y algún dato más para despertar conciencias. Aunque sean jóvenes, los novatos al volante tardan más en ver los peligros del tráfico, se anticipan peor a los riesgos por su menor experiencia y no son conscientes de ello.
Luis Montoro cree que para frenar este drama se necesita más investigación, más medios, más información para que los jóvenes sean conscientes de los riesgos que corren. En este sentido considera que la educación vial en las escuelas (obligatoria desde el Código de 1934, sin que se haya cumplido) es imprescindible así como ser conscientes, desde la misma autoescuela, de los factores de riesgo y las terribles consecuencias de los mismos.
Spots en los lugares de ocio, necesarios
Para ello, todas las campañas dirigidas a los jóvenes son pocas, incluso dentro de sus lugares de ocio, como pubs, locales o conciertos, que antes de coger un coche bebido o haciendo consumido sustancias se les recuerde que el coche no es un juego. Porque en el 70% de los casos estos son los factores que están detrás de los accidentes.
Sí, porque se sigue conduciendo el coche sin cinturón y la moto sin casco, porque las distracciones al volante se han duplicado en los últimos 15-20 años por culpa del móvil. Endurecer la legislación en este sentido como ya hacen en Europa, Japón o EEUU es prioritario, así como aumentar los efectivos en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Porque estamos ante una lacra. Una lacra que a la que hay que poner freno ya.