Claudia San Román Medina, una prometedora estudiante de Medicina grancanaria de 20 años, falleció el pasado 20 de noviembre de 2021 en el Paseo de Juan XXIII de Madrid, en la zona de Ciudad Universitaria. La joven regresaba a su casa cuando un vehículo en el que viajaban al menos tres individuos la atropelló. El autor de su muerte se dio a la fuga y desde entonces, casi medio año después, la Policía Nacional le sigue buscando, según han confirmado desde el cuerpo a Informativos Telecinco.
"La investigación sigue totalmente en curso. La orden de busca y captura del fugitivo sigue vigente en todo el territorio nacional", señalan en este medio fuentes policiales. El autor material de la muerte de Claudia sigue en paradero desconocido, aunque se especula con que haya podido desplazarse a su país natal, Marruecos. Tampoco se sabe si las autoridades han emitido una señal a organismos como Interpol.
El autor material de los hechos sería un joven de unos 20 años. Los investigadores le han podido identificar: cuenta con nueve antecedentes entre 2017 y 2020, entre ellos, episodios de robo con fuerza, hurtos, atentado contra la autoridad o detenciones por circular en estado de embriaguez, circunstancias que se podrían haber dado el día del trágico atropello. Los hechos ocurridos el pasado mes de noviembre acarrearían delito de homicidio por imprudencia grave y por omisión del deber de socorro, entre otros.
El fugitivo tendría además una orden de entrada en prisión pendiente -también por robo- que se tendría que haber efectuado en los días posteriores a los hechos. Durante los últimos meses, los agentes han realizado inspecciones en el domicilio del sospechoso y su circulo cercano, en la Comunidad de Madrid. Esta operación implicaría a más de 40 personas en más de 30 puntos diferentes.
Todo ocurrió en una noche de sábado. Claudia se bajó de un VTC en el Paseo de Juan XXIII. Volvía a la casa en la que estaba residiendo junto a su hermana, cuando un segundo vehículo apareció en escena y la arrolló. El turismo, un Citroën C2 pequeño de color negro, se dio a la fuga, y el conductor que había traído a la joven en un Uber, también. El portero de su edificio fue quien acudió en su ayuda, hasta que llegaron los efectivos sanitarios, pero no pudieron hacer nada por salvarla.
Comenzó entonces la investigación: el vehículo con el que se cometió el atropello fue localizado a las pocas horas en el distrito madrileño de Puente de Vallecas. En el momento del accidente mortal viajarían tres individuos: el conductor y otros dos, aunque no se descarta que hubiera más personas, podrían ser cuatro. Los agentes centran la investigación en la persona que iba al volante.
El dueño del turismo, que no tenía seguro, quedó en libertad con cargos tras ser interrogado. Aseguró que no era quien conducía, que le prestó el coche a su amigo y admitió que le dejó un teléfono móvil el día de los hechos. Negó que fuera dentro del turismo en el momento del accidente mortal y alegó que estaba en su casa con otro amigo -este último también habría sido investigado-.
El Citroën C2 apareció en la Ronda Sur de Puente de Vallecas, a 150 metros de su domicilio, ubicado en el barrio de Entrevías. El vehículo presentaba la luna fracturada y daños de consideración en la parte delantera. Los agentes analizaron las huellas y otros restos para certificar si el propietario conducía, así como realizar otras pesquisas. Un dato relevante es que en el lugar de los hechos no había ninguna marca de frenada ni de neumáticos, lo que presuntamente podría eliminar la imprudencia del suceso.
En cuanto al conductor del Uber que se dio a la fuga, también fue localizado, arrestado y trasladado a comisaría para prestar declaración. Supuestamente presenció los hechos, pero huyó del lugar sin auxiliar a la que había sido su cliente hasta un minuto antes. El hombre quedó en libertad a la espera de juicio, acusado de un delito de omisión del deber de socorro.
La historia de Claudia es la de una chica muy querida por su familia y sus amigos. La de una joven que nunca perdía la sonrisa. Prueba del amor que dejó fueron las palabras que le dedicaron desde el que fuera su colegio durante mucho tiempo, el Colegio Bilingüe Atlantic Schools de Las Palmas: "Desde muy pequeña había aprendido a amar, se movía con soltura en el territorio de las emociones, rezumaba su carácter la frescura limpia de la espontaneidad y la transparencia".
"Quería a su colegio, quería a sus compañeras ¡16 años de convivencia! Quería a sus profesores y se involucraba en cada proyecto", añade el comunicado. Muchos estudiantes de este centro escolar no olvidan los buenos momentos con la joven en fiestas de Navidad o de fin de curso, como tampoco las obras de teatro, las gymkanas, los disfraces o los ensayos de música.
Los que la conocían la definen como una joven que "luchó y trabajó su proyecto", que "persiguió sus metas e hizo realidad sus propósitos" y que siempre se mostraba "contenta, con actitud y educada", además de ser toda una luchadora. Claudia superó la EBAU y entró en el Grado en Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, algo que siempre buscó. "El cielo no pudo esperar", concluye el texto en su memoria.
La Clase de 2019, alumni Atlantic Schools, convocó un funeral por la joven el pasado 30 de diciembre en la Parroquia de La Inmaculada Concepción, en Tafira Alta. Aprovechando las vacaciones de Navidad, amigos y compañeros de promoción realizaron la celebración de la Eucaristía y el encuentro para compartir la pena por la trágica pérdida, según indican en otro comunicado.
Acudieron estudiantes de la Península, del extranjero y de las islas. Todos ellos se reunieron en una misa muy emotiva, donde no faltó interpretación musical, una de las pasiones de Claudia. Fueron momentos muy especiales, ya que también estuvo presente el violonchelo de la joven grancanaria. Al funeral también asistieron familiares, amigos y profesores. "¡Claudia!, no te olvidaremos nunca", sentenciaron desde el centro, mientras se espera que se haga justicia.