En las cárceles españolas se van a implantar unidades caninas antidrogas para frenar el trapicheo y el consumo. Hasta ahora la Guardia Civil vigilaba la entrada de sustancias con controles aleatorios a las visitas, ahora los perros recorrerán módulos y celdas. En la prisión de Burgos ya han probado está nueva técnica para detectarlas.
En las imágenes pueden ver a Shasa y Nala, las dos primeras perras entrenadas por las Instituciones Penitenciarias. Los presos esconden la droga hasta en los grifos, por eso, las perras buscan en cualquier hueco de la cárcel para acabar con el consumo y el trapicheo.
El entrenamiento que reciben no es invasivo, ni intimidatorio, es decir, si el recluso se mostrara violento, los animales no están entrenados para atacar. Los presos reciben la droga en las visitas o la introducen cuando vuelven de permisos o en los paquetes, pero eso ya se ha acabado.
En el periódico de la cárcel, los propios presos ya preparan un reportaje sobre esta unidad canina que ayudará a que se reduzcan las muertes en prisión por las drogas. En seis años murieron 232 personas en las cárceles de toda España por esta razón. Con esta operación no solo quieren acabar con el trapicheo, sino, de que esta cifra se reduzca.