Gente corriente toma las riendas para llamar la atención de ciudadanos y gobiernos. Son "la cara invisible del planeta", un movimiento que aglutina a más de cien asociaciones y colectivos nacido para concienciar de la importancia de liberar los océanos de plástico, lo que implica limpiar también ríos y playas y, sobre todo, generar menos basura. No basta con mejorar la gestión de los residuos, hay que generar menos. Todos los plásticos acaban en los océanos, que absorben diez veces más carbono que un bosque tropical, por eso se les conoce también como "el carbono azul".