La captación de controladores aéreos por parte del Daesh: una de las principales preocupaciones para la Estrategia de Seguridad Nacional
Así lo ha publicado el informe de Estrategia de Seguridad Nacional
Otras de las preocupaciones son el uso de drones como arma terrorista
Además, la creación de nueva artillería amenaza la seguridad
Que el Daesh pueda captar controladores aéreos, pilotos y trabajadores del aeropuerto es uno de los riesgos reales que preocupa y mucho a la estrategia de seguridad nacional del sector aeroespacial en España.
Así lo ha publicado en el reciente informe sobre las principales amenazas a las que se enfrenta el sector aeroespacial, y donde en el apartado de Ciberataques explica esta amenaza:
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“La captación y radicalización ideológica dirigidas a personal vinculado con el entorno aéreo: tripulaciones, controladores aéreos y trabajadores de aeropuertos, para inducirles a participar, planear y cometer actos terroristas.”
Esta radicalización genera una preocupación constante para mantener unos adecuados niveles de seguridad, por la implicación que estas personas, los propios trabajadores de los aeropuertos y aerolíneas, tienen en el tráfico aéreo, y las terribles consecuencias que surgirían si emplearan sus privilegios en el ámbito aéreo con un carácter yihadista.
El terrorismo, fundamentalmente de carácter yihadista, sigue siendo la principal preocupación de los países en cuanto a la Seguridad Nacional. El principal protagonista es el Estado Islámico, conocido como Daesh, que ha realizado la mayor parte de las masacres cometidas. Dentro de la estrategia de seguridad se hace referencia a las nuevas medidas que estos grupos terroristas están tomando para cometer sus atentados y contra las que se pretende luchar.
Además, la continua evolución tecnológica, con la creación de elementos aeroespaciales capaces de convertirse en un arma, es otro de los elementos que más preocupa a los expertos en seguridad. Es el caso de los drones, las aeronaves no tripuladas. Esto se debe a su fácil acceso y manejo, además del bajo coste por el que se pueden adquirir y el vacío legal al que todavía estos nuevos aparatos están sometidos.
Estas aeronaves no tripuladas han sido recientemente incorporadas al arsenal terrorista, ya que pueden provocar un accidente aéreo, siendo directamente utilizadas como armas, o siendo empleadas como medio para liberar explosivos o armamento.
Las grandes amenazas del ámbito aeroespacial
Si hay una fecha clave para el ámbito del espacio aéreo es sin duda el 11 de septiembre de 2001. El atentado contra las Torres Gemelas en Estados Unidos mediante un secuestro aéreo marcó un antes y un después en la seguridad nacional. Se demostró que las aeronaves podían ser utilizadas como armas de destrucción, con los grandes riesgos para la población que eso supone, y amplió el ámbito de las amenazas para la seguridad a las que se enfrenta un país.
La Estrategia de Seguridad Nacional de 2019, creada por el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), recoge los problema a los que se enfrenta el espacio aeroespacial, y hace especial hincapié en la relación entre el yihadismo y el ámbito aeroespacial, una relación que siempre ha existido y que genera una amenaza real: “Las organizaciones terroristas siempre han tenido al sector aéreo, principalmente la aviación comercial entre sus objetivos de primer nivel por la facilidad de conseguir un alto número de víctimas, la repercusión mediática y el impacto económico inmediato.”
A parte de la radicalización del personal aéreo y el empleo de armas no tripuladas, el informe también plantea el problema del sabotaje aéreo, un acto intencionado capaz de destruir o incapacitar desde aeronaves a infraestructuras aeroportuarias y aeroespaciales.
La accesibilidad a la tecnología y a la información para poder realizar armas de destrucción masiva es otra de las grandes preocupaciones para la seguridad nacional, especialmente en el ámbito internacional. Más de 30 países disponen de misiles capaces de destruir objetivos a decenas de kilómetros desde su lugar de origen. El mayor problema de estas creaciones es que este tipo de armas estén a disposición de organizaciones criminales o grupos terroristas.
Es el caso de Daesh, que ha anunciado en su último boletín “Al Naba”, la creación de nueva artillería para “lograr el mal entre los enemigos de Dios.” según ha informado La Razón. El grupo terrorista ha publicado la fotografía de una especie de lanzacohetes rudimentario del que todavía no se conoce ni su efectividad ni su alcance.
Pero, el terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masivas no son las únicas amenazas a las que el Departamento de Seguridad Nacional hace referencia. También la propia tierra genera conflictos que ponen en riesgo a la ciudadanía. Es el caso de la basura espacial, cuyo principal problema es la colisión de objetos entre sí o su explosión, como explica el informe: “Se estima que hay más de 750.000 objetos de más de 1 cm de tamaño que orbitan la Tierra, con potencial destructivo en caso de colisión con objetos activos.”
Además, el cambio climático que sufre el planeta está incrementando el número de fenómenos adversos que pueden provocar una catástrofe en la tierra, como las erupciones volcánicas.
Líneas de actuación
En la actuación contra este tipo de amenazas, el DSN propone una serie de medidas: a nivel global, se centra en una actuación coordinada de todas las Administraciones Públicas y departamentos con competencias en el espacio aéreo. Además resalta la perseverancia en “el análisis de riesgos y evaluación de medidas contra ciberataques, actos terroristas o delictivos u otros conflictos que afecten a las instalaciones aeroportuarias o al transporte aéreo”.
Particularmente, en la lucha contra el terrorismo destaca la información y la gran adaptación de los grupos terroristas a todo tipo de medidas como un elemento principal, por lo que exige la existencia de canales de distribución de inteligencia que adviertan sobre amenazas específicas del sector aeroespacial y las técnicas que los terroristas estén desarrollando para poder implantar medidas al respecto.
Además y en relación a la gran preocupación de la radicalización de empleados, afirma que “es indispensable incrementar la seguridad del personal que trabaja u opera en las instalaciones aeroportuarias e infraestructuras críticas asociadas al transporte aéreo.” Para ello es vital clasificar por niveles de seguridad el acceso a las áreas más sensibles de dichas instalaciones, además de impulsar una legislación pertinente.
La preocupación por estas amenazas tiene sentido si observamos las cifras del sector aéreo en España que muestra el DSN: 266 millones de pasajeros; 690 compañías aéreas, de las cuales 36 compañías son españolas y movieron 88 millones de pasajeros. Además, el sector aeronáutico transporta al 80% de los turistas que eligen nuestro país como destino turístico.