Estropajos, bayetas y cepillos de dientes, entre los objetos a renovar más a menudo en tu hogar
En los utensilios de higiene y de limpieza se acumulan millones de bacterias
Hay maneras de estirar la vida útil de la fregona o el estropajo
No cuidar el cepillo de dientes puede hacer que tenga más gérmenes que el inodoro
¿Cada cuánto renuevas los estropajos y bayetas de la cocina? ¿Y el cepillo de dientes? Aunque sean productos ligados a la higiene te sorprendería la cantidad de bacterias que pueden acumular, por eso hay que cambiarlos de vez en cuando. Este es el tiempo de vida de estos y otros objetos del hogar.
Bayetas y estropajos
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Teniendo en cuenta que bayetas y estropajos se usan sobre todo para la limpieza de la cocina y el baño, las dos estancias de la casa a las que damos un repaso más a menudo, es recomendable no excederse en su uso. Todo va a depender de lo grandes que sean estas habitaciones de tu casa y cómo de frecuentemente las limpies, pero en general es aconsejable cambiar de estropajo y bayeta cada dos semanas.
Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 2019 reveló que el 96% de los estropajos analizados tenían un grado de higiene deficiente, y que en 9 de cada 10 bayetas que creemos impecables quedan bacterias.
Después de cada uso, echa jabón tanto en el estropajo como la bayeta que hayas usado y escurre bien con agua, que no queden restos de comida. Y recuerda no usar los mismos para el baño que para la cocina o el dormitorio.
Cepillo de dientes
No te asustes, pero estudios científicos certifican que en tu cepillo de dientes puede haber más gérmenes que en tu inodoro. Millones de bacterias que, si no tomas las precauciones debidas, pueden acabar en tu boca. La manera de evitarlo es sencilla: cierra la tapa antes de tirar de la cadena siempre y pon tu cepillo lo más lejos posible del retrete.
Para limpiarlo, lo más efectivo es aclararlo con agua después de usarlo y secar bien. Nunca pongas la tapa al cepillo mientras esté húmedo y, como mucho, cámbialo cada tres meses. Si notas que está muy desgastado antes de pasar este tiempo, renuévalo antes.
Fregonas y escobas
La vida útil de tu escoba varía según el uso que le des. Lo mejor para saber si le ha llegado su momento es mirar las cerdas de la escoba (las vellosidades). Si ya no atrapan la suciedad del suelo como deberían o si observas que están muy dobladas, puedes probar a eliminar los restos de polvo sumergiéndola en agua con algún producto jabonoso.
No obstante, si no funciona, es el momento de cambiarla. El mismo consejo sirve para la fregona. Cada vez que la uses, cambia el agua. Cuando veas que está muy sucia sumérgela en agua con jabón y, si quieres desinfectarla, aplica vinagre o lejía. Déjala en remojo 30 minutos y, cuando la saques, debería estar limpia. Si llevas mucho tiempo con ella y le das mucho uso probablemente te toque cambiarla cada pocos meses.
Esponjas del baño
Importante: cada vez que te duches, recuerda aclarar la esponja con agua y después escurrir bien. De esta manera estarás alargando su vida útil. Dejarla húmeda es crear el caldo de cultivo idóneo para los microorganismos. Desde ‘Habitissimo’ recomiendan hervirla de vez en cuando para matar bacterias y otros gérmenes, pero si esto te da pereza, Maite Pelayo, microbióloga especialista en seguridad alimentaria y portavoz técnico del Instituto Silestone, recomienda en ‘ABC’ cambiarla cada dos semanas si son naturales, y cada dos meses si son sintéticas.