Los Mossos D’Esquadra trabajan en un amplio dispositivo de búsqueda para intentar estrechar el cerco sobre el padre que se ha dado a la fuga después de que haya sido encontrado en un hotel de Barcelona el cuerpo sin vida de su hijo de dos años, que presentaba signos de una muerte violenta.
Fue la Guardia Urbana la que acudió rápidamente al alojamiento una vez la madre del menor alertase de que el padre se había llevado al niño. Cuando llegaron, pese a la movilización inmediata de los servicios de emergencias, nada pudieron hacer por salvarle: estaba ya inconsciente, con la cara morada, y no pudieron reanimarle.
El padre, en proceso de separación de la que fue su pareja y madre del niño, según varias fuentes habría enviado previamente varios mensajes a esta última advirtiéndole de que “se arrepentiría”.
Antes de la llegada de los agentes, se había marchado del hotel, como reflejan las cámaras de seguridad del lugar, que le registraron saliendo por un muro junto a la piscina tras asomarse previamente al pasillo del alojamiento para comprobar si había alguien.
Los Mossos D’Esquadra, que se han hecho cargo de la investigación, creen que ha huido a Montjuic, una montaña complicada cuya orografía dificulta mucho las labores de búsqueda.
Concretamente, se centran en esta zona tanto por tierra como por aire, pues además de realizar inspecciones oculares a pie y barridos con coches y furgonetas, los Mossos también han desplegado un helicóptero con el que peinan la zona, que además está muy próxima al hotel donde presuntamente se cometió el crimen.
La montaña está llena de innumerables caminos de tierra, pistas forestales y muchísimos recovecos, y los agentes buscan desde primera hora de la mañana.
Las labores de búsqueda están activas, tratando de localizar dónde se ha podido esconder.