Los percebeiros denunciaban hace unos días, en pleno temporal, las dificultades que estaban teniendo en las últimas semanas para capturar uno de los manjares gallegos por excelencia, el percebe. En unas fechas muy significativas, donde el kilo de este crustáceo llega a costar 200 euros, por lo que los días en los que no han podido trabajar implican una gran pérdida de ingresos para este sector.
El oleaje es imprescindible para el percebe pero también es lo que supone un riesgo para los que los capturan. Pero no pueden parar, en días como hoy, dicen, hay que aprovechar. Siempre bajo unas directrices, “nunca se puede dar la espalda al mar”, ya que el problema “llega cuando te despistas”.
Los percebeiros pueden capturar un máximo de seis kilogramos al día y como se ha podido ver hoy, es un trabajo de equipo. Desde lejos alguien avisa cuando se aproxima una ola, ya que de no alejarse muchos podrían ser engullidos por el mar, “el mar no espera”, dice uno de los percebeiros.
Un trabajo que conlleva jugarse la vida cada día, y que implica mucha concentración, ya que solo tienen unos segundos. “Un día como hoy es más factible que te lleves un susto grande”, dice uno de los hombres que se dedica a esta captura.
En días como hoy, las borrascas se alían para proteger uno de los tesoros de las costas gallegas. “El percebe cuanto más abajo mejor va a ser, pero no te deja acceder abajo”, sin embargo, ellos no dejan de intentarlo para poner en las mesas de las cenas navideñas este producto tan codiciado.