Este mes de octubre ha entrado en vigor la ley que prohíbe el uso del bótox con fines estéticos en menores de 18 años en Inglaterra. La normativa incluye entre sus líneas también la prohibición del uso de otros rellenos, como el ácido hialurónico, para frenar el llamativo número de intervenciones estéticas que se registraron el año pasado, 41.000 en menores, según el Daily Mail.
Desde abril de 2021 se trabaja en la ley, presentada en el Parlamento entonces, con el fin de proteger a los 'niños' de los riesgos potenciales de los rellenos dérmicos, aparte de por otras consideraciones de origen ético. Considera la mencionada ley que las personas menores de 18 años, debido a su madurez emocional y mental, no deberían tener acceso a las intervenciones estéticas que circulan libremente por el mercado, y menos aún sin un asesoramiento personalizado realizado por doctores titulados y psicólogos preparados.
Actualmente no está prohibido en nuestro país intervenir a menores con bótox, pero sí desaconsejado, por lo que la mayoría de retoques estéticos suelen realizarse cuando existen problemas médicos (para corregir tics, sudoración excesiva o deformidades importantes). En este tipo de intervenciones el objetivo final es mejorar el estado psicológico de los pacientes que por alguna afección se ha visto debilitado. Además, aún para este tipo de retoques es necesario el consentimiento y firma de autorización de los padres o tutores.
Mientras que en España, según el diario El Mundo, las intervenciones estéticas más demandadas entre los jóvenes son aquellas relacionadas con el aumento de labios y de pómulos o la rinomodelación, en Reino Unido está arrasando la técnica de los foxy eyes u ojos de zorro para conseguir una mirada parecida a la de Bella Hadid. Esta supermodelo estadounidense, sentó el precedente de este tipo de retoque estético que trata de elevar la mira y aumentar la agresividad de la mirada, aunque en nuestro país solo se ha imitado este efecto a través del maquillaje.
El uso de filtros que modifican la apariencia en redes sociales, simulando retoques estéticos (labios más grandes, narices más pequeñas y finas o pómulos más marcados) ha generado, según la comunidad científica, en el trastorno dismórfico corporal para muchos jóvenes. Este trastorno de salud mental consiste en que no se puede dejar de pensar en uno o más defectos percibidos o defectos en la apariencia y en la mayoría de los casos actuales, la persona afectada se identifica más con la imagen de sus selfies que con su propia apariencia real que se le presenta distorsionada por estar acostumbrada a los filtros.