Bicarbonato y vinagre: beneficios de mezclarlos y qué limpiar con ellos
La mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre blanco es efectiva para limpiar manchas que se resisten en prendas y el hogar
El vinagre actúa como un antibacteriano para desinfectar la cocina y el baño sin recurrir a químicos
Usos que quizás no conocías para limpiar tu hogar con vinagre
¿Bicarbonato y vinagre? Mejor juntos. Si sabes cómo y cuándo usarla, esta mezcla te ayudará a quitar la suciedad que más se resiste tanto en tu ropa como en tu hogar en menos que canta un gallo. Te contamos qué limpiar con estos productos para dejar a un lado los químicos habituales.
En la mayoría de las casas, el armario de productos de limpieza se compone de un pelotón de botes, cada uno con su color y su etiqueta para un fin diferente, pero lo cierto es que podríamos ahorrar mucho espacio con un truco: mezclar bicarbonato de sodio y vinagre. Estas dos sustancias combinadas son muy eficaces a la hora de quitar manchas de muchas prendas, así como de rincones del hogar complicados. Veamos para qué puede resultarte útil.
MÁS
Manchas amarillas en la ropa
Las manchas amarillas son uno de los mayores dolores de cabeza cuando se instalan en sábanas, toallas, trapos o camisas, entre otros. Generalmente esto ocurre porque cogen humedad, y es más frecuente en verano, porque sudamos más.
Un remedio casero para eliminar estas horribles manchas de los textiles es usar bicarbonato y vinagre. Aplica un poco bicarbonato con agua directamente sobre la mancha y deja actuar unos minutos, hasta que la prenda lo absorba, y después lávalo como lo harías habitualmente. Si no queda perfecta, mezcla agua tibia y una taza de vinagre y sumerge la prenda en el líquido. Déjalo así toda la noche. Por la mañana estará como nueva.
Manchas localizadas en las alfombras
Las alfombras son las grandes sufridoras en toda casa. Se manchan cuando las pisamos con las zapatillas de la calle, cuando es cae algún líquido, cuando nuestra mascota se sacude después de un día de lluvia…
Apunta este truco para dejar tu alfombra impoluta. Primero, pasa el aspirador para retirar los restos de polvo, tierra o migas. A continuación, espolvorea bicarbonato sin miedo y deja actuar un rato. Después aspira de nuevo. Para una limpieza más profunda, mezcla 2 vasos de vinagre blanco y tres cucharadas de bicarbonato de sodio en un litro de agua. Gracias a su capacidad antibacteriana, el vinagre elimina los gérmenes, aunque puede dañar los colores si no lo dejamos secar al sol debidamente.
Desinfecta el baño con bicarbonato y vinagre
Para no usar los químicos que se venden en los supermercados y dejar el baño reluciente, recurre a la mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre y límpialo en un abrir y cerrar de ojos.
Junta aproximadamente 2 tazas de agua con 2 cucharadas de bicarbonato y media taza de vinagre blanco. Empieza por el inodoro, el lavabo y la ducha y después pasa a limpiar el suelo, esparciendo la mezcla y pasando a continuación un cepillo hasta que se forme una ligera espuma. Por último, pasa un trapo o una fregona para rematar. Tus azulejos brillarán y matarás cualquier bacteria que hubiese en tu baño.
Deja la cocina limpia y sin olores
La cocina es el espacio de la casa donde más olores y más gérmenes se juntan, y eso a menudo puede acarrear una intoxicación alimentaria o la aparición de bichitos por los rincones. Para evitar llegar a ese punto, limpia el fregadero con bicarbonato y vinagre (alrededor de 3 cucharadas de bicarbonato de sodio y un cuarto de taza de vinagre blanco). Esparce la mezcla y frota durante un rato, deja actuar y, tras diez minutos, aclara el fregadero. Quedará como nuevo.
Con agua y bicarbonato podrás dejar relucientes asimismo los azulejos de la cocina. Rocíalos (sobre todo los espacios entre los distintos azulejos), deja actuar, frota un poco y después límpialos con un trapo húmedo.
Precaución: lo que no debes hacer con bicarbonato y vinagre
La mezcla de bicarbonato y vinagre puede ser explosiva –literalmente– cuando la contenemos en un recipiente cerrado. Júntalos siempre en un cuenco o un barreño, por ejemplo, para que la mezcla “respire” y evitar sustos.