La estancia en las unidades de neonatos de los bebés prematuros es casi inevitable. Un bebé pretérmino es aquel que nace antes de la semana 37. El niño prematuro nace con una “inmadurez” de sus órganos y sistemas. Les cuesta más respirar, controlar la temperatura o hacer la digestión… Esto les hace más vulnerable a las enfermedades y más sensible a los agentes externos como la luz o el ruido, explican en la web de la Asociación de Padres de Niños Prematuros (APREM).
En cambio, no todos los niños prematuros tienen los mismos problemas. Normalmente los que nacen antes de la semana 35 de gestación son ingresados en las Unidades de Neonatología. Los “Grandes Prematuros”, los que nacen por debajo de la semana 32 o con peso inferior a 1.500 kg. pasan más tiempo en el hospital.
El calor y la voz de la madre y del padre y la medicina neonatal son el soporte vital para sacar adelante bebés de 24 o incluso 23 semanas de gestación, con poco más de medio kilo. La UCI se convierte en el vientre materno para que estos niños puedan vivir por sí solos y sin problemas.
Durante la estancia de estos bebés pretérminos en los hospitales es fundamental el papel de los padres y demás familia. En el servicio de neonatos del hospital Vall d Hebrón de Barcelona implican a toda la familia. Incluso enseñan a los hermanos del recién llegado a tratar con el pequeño, a cuidarlo, y a vivir con naturalidad -casi como un juego- la llegada de un nuevo miembro que requiere cuidados muy especiales.
La implicación familiar junto con la tecnología y el personal sanitario hacen de las unidades de Neonatos un refugio para los bebés.
No hay una causa determinante para que un bebé nazca antes de tiempo, explican en APREM. A veces influye la edad materna –una madre muy joven o mayor- estrés físico o psíquico, enfermedades maternas o durante el embarazo. A veces, en los embarazos múltiples también se producen nacimientos antes de tiempo.
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