El hipo aparece por las contracciones involuntarias del diafragma, un músculo que está en la base de nuestros pulmones. El espasmo que se produce provoca además un cierre rápido de las cuerdas vocales, generando así el típico ruido "¡hip!", que se repite con cada contracción.
Las causas del hipo son diversas. Aquí tienes algunas:
1. Inmadurez del sistema digestivo y nervioso: están en proceso de maduración y aún tienen desajustes. Es frecuente, especialmente, en los primeros meses del bebé, puesto que, en el lactante, el cardias, la válvula que comunica el esófago con el estómago, aún no se ha desarrollado por completo y, por lo tanto, no se cierra perfectamente.
2. El bebé ha comido mucho: esto puede causar la comprensión del diafragma. Comida demasiado caliente: por eso hay que acostumbrarse a probarla antes, moverla o removerla.
3. Introducir en su dieta alimentos inapropiados para bebés tan pequeños: dáselos a tu hijo tal y como te vaya aconsejando su especialista, que es quien mejor conoce su evolución.
4. Una postura inadecuada al darle de comer: es más aconsejable darle el biberón semiincorporado mejor que totalmente tumbado.
5. Ha comido demasiado rápido: procura no retrasar más de 20 minutos su hora habitual de comer, para que no trague con ansia, y no le des toda la toma seguida, párate de vez en cuando para que descanse y pueda eructar. Así no tragará tanto aire y resultará más difícil que le dé hipo.
6. Problemas con la tetina del biberón: comprueba que el agujero no es demasiado grande (se atragantaría), ni muy pequeño (se cansaría al tener que hacer fuerza para succionar). Algunas páginas especializadas en bebés recomiendan utilizar una antihipo o una antigases.
7. Acostarle antes de tiempo: antes de acostarle, es recomendable que eructe al menos una vez. Si tiene aire acumulado en el estómago, se sentirá incómodo, le costará más conciliar el sueño y es más probable que le dé hipo.
8. Cambios de temperatura: por ejemplo, si salimos de casa a la calle y allí hace más frío.
9. Crisis de llanto: el hipo también puede aparecer después de una crisis de llanto o después de una regurgitación porque el niño traga mucho aire y esto es lo que provoca el hipo.
Consejos para quitar el hipo del bebé:
a) Si es un lactante, se le puede poner el pecho durante algunos segundos o darle el biberón.
b) Ponerlo en posición vertical sobre un hombro: es la posición habitual para que eructe pero, en este caso, se trata de que esté tranquilo y se duerma.
c) Darle un suave masaje en la espalda
d) Cambiarle de postura o provocarle un estornudo, haciéndole cosquillas en la nariz. El objetivo es que se corte el ritmo de respiración del diafragma.
e) Tener paciencia: a medida que los bebés crecen y el diafragma madura, el hipo va desapareciendo. Sólo acude al pediatra si el hipo dura más de tres horas, tiempo necesario para que el estómago se vacíe, o si el bebé sufre (llora y tiene fiebre).