La Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida como Ley de Dependencia, fue presentada en marzo del año 2006 y aprobada en noviembre de ese mismo año. Entró en vigor en 2007 y era una ley muy esperada que se desarrolló para proteger a personas que por razones de edad, enfermedad o discapacidad son dependientes de forma permanente.
Actualmente, existen casi un millón y medio de personas dependientes. A diferencia de otras ayudas sociales, la ley de dependencia no solo se basa en pagos económicos a las personas que se acogen a esta ley, sino que se previeron una serie de servicios directos al paciente, destinados a favorecer su situación personal y de movilidad, los llamados Sistemas para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
SAAD son las siglas que responden a Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia que es la ley que defiende y promueve la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia, recogido en la ley 39/2006, de 14 de diciembre. Su finalidad principal es coordinar las acciones de la Administración General del Estado y las comunidades autónomas y entidades locales y poder dar prestaciones económicas y ayudas asistenciales destinadas a la promoción de la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia.
El catálogo de servicios del SAAD viene recogido en el artículo 15 de la Ley de Dependencia y son cinco: los servicios de prevención de las situaciones de dependencia y los de la autonomía personal, el servicio de teleasistencia, el servicio de ayuda a domicilio, el servicio de centro de día y centro de noche y el servicio de atención residencial.
Los servicios de prevención de las situaciones de dependencia y los de la autonomía personal, son actuaciones de promoción de condiciones de vida saludable, así como programas específicos de carácter preventivo y de rehabilitación, que tienen como objetivo prevenir la aparición y/o agravamiento de enfermedades o discapacidades y sus consecuencias o secuelas.
Servicios de teleasistencia
El servicio de teleasistencia es un servicio preventivo de asistencia domiciliaria inmediata y permanente dirigido a aquellas personas mayores y personas con discapacidad que viven solas, y que permite pedir ayudar en caso de urgencias desde el propio domicilio.
Está constituido por un pulsador en forma de medallón o pulsera que la persona lleva puesto consigo permanentemente dentro del domicilio y un sistema de manos libres que permite la comunicación desde cualquier lugar de la casa con una centralita que está disponible 24 horas al día, desde la cual se gestiona la llamada en función del motivo que la causa.
Así, al accionar el pulsador, una persona del centro de atención se pone en contacto con el usuario a través de un altavoz y un micrófono que permite la comunicación entre ambos, con el fin de poner en funcionamiento los mecanismos necesarios para resolver la situación que generó la alarma.
Servicio de ayuda a domicilio
El Servicio de ayuda a domicilio o Servicios de Atención Domiciliaria (SAD) se definen como el conjunto de recursos dirigidos a prestar apoyo y cuidados en su domicilio a las personas cuando, por cualquier circunstancia, dejan de ser autónomos. En el mismo domicilio de la persona mayor o con dependencia se llevará a cabo la prestación de servicios básicos vinculados a la atención personal y continuada del mayor o con algún grado de dependencia. Estos se distinguen en tres ámbitos de actuación:
Servicios de Centro de día y Centro de Noche
Un centro de día es un servicio que ofrece durante el día, y a través de programas individualizados, atención a las necesidades personales básicas, terapéuticas y socioculturales de personas afectadas por diferentes grados de discapacidad física y/o psicosocial, promoviendo la permanencia en su entorno habitual, ya que la persona beneficiaria puede seguir viviendo en su casa.
Sin duda este servicio es la solución para personas mayores que quieren pasar el día atendidos y haciendo actividades que puedan serles de utilidad, pero que al finalizar el día vuelven a sus casas a pasar la noche.
Hay diferentes tipos de centros de día según el tipo de usuario que vaya a acceder a él. Así podemos encontrar centros de día para personas mayores de 65 años, para personas con discapacidad física, visual o parálisis cerebral, con discapacidad intelectual o con enfermedad mental.
Por otro lado, en los centros de noche las personas mayores acuden únicamente a pernoctar, realizando de manera independiente la vida durante el día. Es un recurso poco extendido pero muy necesario en la actualidad, que está adquiriendo mucha importancia debido a la demanda de las familias con personas en situación de dependencia.
Servicio de atención residencial
El servicio de atención residencial es aquel servicio continuado de carácter personal y sanitario que ofrece atención física, psicológica y social a la persona dependiente. Existen distintos tipos de servicios especializados según la tipología de la situación de dependencia: los dirigidos a personas mayores en situación de dependencia y los dirigidos a personas con discapacidad en situación de dependencia.
Los centros residenciales deben ofrecer servicios de alojamiento, lavandería, seguimiento sanitario, actividades de promoción de la salud y medidas higiénico-sanitarias, entre otros. Estos servicios deben siempre adaptarse a las necesidades concretas de cada persona con arreglo a su grado de dependencia.
El servicio de atención residencial para personas con discapacidad tiene diferentes modalidades de servicios:
Como ya hemos comentado, la Ley de Dependencia también presta ayudas económicas para afrontar los gastos derivados de la dependencia. Existe la prestación económica vinculada al servicio, para aquellos casos en los que no se pueda acceder a un servicio público de cuidados, y del que hablamos en profundidad en este artículo.
Además, existe una ayuda para cuidados en el entorno familiar y apoyo a cuidadores no profesionales, para aquellos casos en que el cuidador de la persona dependiente sea un familiar y lleve desempeñando estas labores durante más de un año antes de solicitar esta prestación.
Y, por último, se ofrece también una prestación económica de asistencia personal para poder contratar a un asistente personal durante una cantidad de horas diarias estipuladas. La función de un asistente personal es facilitar la autonomía de las personas con dependencia para poder acceder a la educación y/o al trabajo, a integrarse y a participar en la comunidad, así como a adquirir una mayor autonomía en actividades básicas que tiene que realizar en su vida diariamente.
Las ayudas para personas mayores y dependientes son fundamentales para garantizar la calidad de vida de las personas mayores y, gracias a la ley de dependencia, hoy es más fácil acceder a ellas.