La Policía ha explicado con mucho detalle el brutal asesinato de Samuel Luiz, el joven que sufrió una paliza mortal el pasado 3 de julio en A Coruña. "Una agresión que se convierte en la eliminación de un ser humano", asegura Pedro Aguado. comisario jefe de la policía judicial de A Coruña.
"Son seis minutos fatales, seis minutos de agresión a lo largo de unos 150 metros" relata José Miñones, Delegado del Gobierno en Galicia. Samuel murió por un traumatismo provocado por multitud de golpes, la mayoría de ellos en la cabeza. Los agresores, además de propinarle múltiples puñetazos en la cabeza, también podrían haber utilizado una arma corta y contundente de punta metálica llamada kubotán, encontrada en la casa de uno de los menores y que se está investigando, y una botella.
La botella se encontró en casa de uno de ellos, estaba rota y tiene el ADN de Samuel y del agresor. Pudo romperse en el impacto, Samuel tenía en la cabeza una herida abierta de 10 centímetros. Samuel no murió por un solo golpe. Tenía muchos en la cabeza y por todo el cuerpo. En la primera secuencia de la agresión junto a la discoteca, no lo mataron porque Ibrahima lo protegió con su cuerpo durante toda la secuencia, arriesgando su propia vida. Ahora también se investiga a los detenidos por el intento de homicidio al propio Ibrahima. La jueza decidirá también si estamos ante un delito de odio.
Las cámaras sitúan a los seis detenidos en el lugar de la agresión y el ADN apunta directamente a dos. Los dos primeros detenidos. Uno de ellos le hizo un 'mataleón' a Samuel y otro, subido sobre él, le daba puñetazos en la cara. Los restos biológicos de esos agresores los sacaron del cuerpo de Samuel, de una botella y la ropa de Samuel.
Los acusados borraron sus perfiles en redes y no colaboraron con la policía. La única mujer acusada de encubrimiento es la novia del primer detenido y principal acusado que comenzó la pelea y que no hizo nada para evitar la paliza.